No es el primer kimono que hacemos en este Taller. Son muchas las ocasiones en las que hemos sacado del armario un kimono de otro estilo.
En general, un kimono tiene mejor movimiento si está hecho con una tela ligera, y con el calor que nos ha tocado este año era casi obligatorio buscar una tela que además fuera fresca. Por eso elegí una viscosa estampada en azul, con un dibujo sin dirección para que el patrón sea más sencillo, sin costura en los hombros.
En este diseño, el corte es crucial. Recordad que los tejidos de punto no se deshilachan, por lo que no tuve que marcar ninguna línea. Sólo hay que cortar el diseño con las tijeras, dejando 1 cm de márgen para el dobladillo.
La pieza de tela medía 1,60 m de largo y 1,50 m de ancho. La parte lisa de la tela estaba siguiendo el borde de la pieza, y las flores pequeñas quedaban en el centro. Utiliza una camiseta de tu talla para dibujar las mangas.
En el siguiente dibujo se pueden ver los pasos a seguir en la confección del kimono. Seguro que a alguna ya se le ha ocurrido este sencillo método.
Coloca la tela en tu superficie de trabajo con el derecho de la misma hacia arriba. Dóblala por la mitad dejando el derecho en el interior. Dóblala de nuevo colocando las esquinas inferiores sobre las superiores. Coloca la camiseta doblada por la mitad a lo largo sobre la tela para dibujar el hueco de las mangas, y corta las cuatro telas iguales.
Desdobla dos de las cuatro telas. Sobre uno de los lados, dibuja y corta la abertura delantera hasta casi la mitad del largo de la tela. Desdobla la tela y dóblala hacia el otro lado, dejando revés con revés. Cose los laterales, los huecos de las mangas, y también todo el contorno.
Para un acabado más profesional, después de cortar el patrón, sitúa la tela derecho con derecho, y remalla y cose las costuras por el revés en vez de hacerlo por el derecho.
Para los huecos de las mangas y el contorno hemos utilizado el pie de máquina de dobladillo rulote.
Y el resultado es...
¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, MAMÁ!!
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