Para realizar estas velas puede adquirirse parafina o bien pueden reutilizarse restos de otras velas. Se pueden emplear colorantes específicos para velas o reciclar viejas pinturas de cera. Y también pueden utilizarse como portavelas tarros reciclados de cristal, latas o cualquier otro recipiente resistente al calor. Yo esta vez he aprovechado unos vasos cortos que no utilizaba.
Con estas velas no sólo se logra un bonito y relajado ambiente, sino que se mantiene a raya a los molestos mosquitos.
Materiales:
Parafína para velas (En una proporción de un 80%).
Estearina de palma (En una proporción de un 20%).
Colorante para velas (opcional, yo usé un colorante amarillo suave).
Aceite esencial de citronela o esencia aromática ( 5 ml. por cada 100 gr. de cera).
Mecha encerada.
Recipiente apto para velas.
Elaboración:
Para hacer un cálculo aproximado de la cantidad de cera a utilizar se pueden llenar los recipientes con agua para ver la capacidad que tienen. Una vez hecho esto se calculan los porcentajes de parafina y estearina y se pesa la cantidad necesaria.
Se ponen a calentar la parafina y la estearina en un cazo hasta que se derriten, momento en el que se apaga el fuego. La función de la estearina es la de proporcionar dureza a la vez que añade también duración a la vela.
Tras retirar del fuego se le añade el pigmento a la cera y se mezcla hasta que se haya integrado completamente. También se añade el aceite esencial de citronela y se mezcla bien.
Se disponen los recipientes a rellenar y se vierte con cuidado la mezcla en ellos. Cuando la cera empiece a solidificar ligeramente se introduce lo más recto posible un trozo de mecha encerada suficientemente larga como para llegar a la base del recipiente. Por último se espera a que la cera esté completamente fría para cortar el posible sobrante de la mecha.