Para mi, el día del padre implica una mezcla de sentimientos.
Por una parte estoy feliz de celebrarlo, junto al padre de mis hijos. Disfrutar con ellos ese momento único de la mañana, en el que ambos vienen a nuestra cama y se pelean por ver quien entrega primero su regalo. Regalo que han hecho con mucho cariño en el colegio, deseando que le mole mogollón a su superhéroe favorito.
Pero por otra parte hace años que también es un día triste, porque el mío ya no está. Recuerdo muchas cosas de mi padre, pero sobre todo recuerdo el esfuerzo y dedicación que tuvo para con su familia. Siempre luchando por darnos una vida digna y principalmente una buena educación.
El estaba muy orgulloso de su gitanilla, porque así me llamaba de pequeña y yo me lo creía. En verdad siempre pensé que era una especie de princesa gitana, solo porque él me lo decía. Nunca supo lo triste que me puse cuando otra pequeña llegó para destronarme, porque entonces me di cuenta de la verdad.
Y yo..... Yo estoy muy orgullosa de mi padre. Siempre conversador, siempre bueno, siempre sencillo. Con sus creencias extrañas, que yo siempre rebatía, pero que eran muy suyas y algunas veces tenía toda la razón.
Papá, fui una hija muy rebelde, pero siempre te he querido y hoy te extraño un montón. Y allí donde estés, siempre te diré....
GRACIAS PAPÁ
Esta tarjeta es en colaboración con Nora Brizuela. Los papeles de Stamperia y las cartulinas con estas texturas tan bonitas, los puedes conseguir en la tienda de Pamplona de Alma Creativa Estudio.