Este bonito elemento decorativo os quedará bien en cualquier sitio y con un poco de paciencia lograréis fabricar las vuestras.
Materiales:
Peceras de cristal y cuerda
Peceras pequeñas. Unos 15cm de diámetro.
Cuerda
Cola+Agua
Arena fina, piedras y velas para decorar.
Empezamos:
Mezcla de cola y agua
Preparamos una mezcla de cola y agua. Las proporciones son 1 parte de cola por 1/4 de agua. Lo suficiente para poder extender bien la mezcla con un pincel.
Cortamos 2 tiras de cuerda de unos 80 cm cada una, o más según necesidad.
Las alineamos y doblamos por la mitad, así conseguimos 4 puntas. Hacemos un nudo con todas ellas y dejaremos el sobrante que mejor nos parezca. En un principio yo no iba a dejar sobrante, pero me gustó cómo quedaba el despeluchado de las cuerdas colgando.
Juntar las cuatro puntas de la cuerda
Nudo de las cuatro puntas
Colocamos nuestras cuerdas sobre la bola de cristal, que la daremos la vuelta y pondremos sobre alguna caja para poder trabajar mejor. Las cuerdas deben formar una cruz alrededor, en cada una de ellas ponemos una tira adhesiva, eso hará que las cuerdas no se muevan mientras hacemos el resto del proceso.
Colocación de las cuerdas sobre la esfera de cristal
Ahora tendremos que cortar un trozo de cuerda lo suficientemente largo como para que cubra todas las vueltas que deseamos dar a la esfera de cristal Sed generosos y no “miréis el duro”, aunque no lo parezca en cada vuelta se lleva una buena porción de cuerda y si la bola que usáis es aún mayor, no os quiero ni contar. Y tampoco cometáis la osadía de hacerlo sin cortar la cuerda del rollo, ¡no se puede insensatos!
Un extremo de nuestra “supercuerda” lo atamos a una de las que ya teníamos sobre la bola en su parte inferior. Y desde ahí la iremos pegando con la mezcla de cola que ya tenemos hecha. Hay que hacerlo por tramos, si no la cola se seca.
Unir la cuerdas
Pegar la cuerda sobre el cristal
Y así, dale que dale, vamos dando vueltas y vueltas hasta más o menos la mitad. Cada 3 o 4 vueltas podéis hacer una vuelta sobre las mismas cuerdas que van en vertical. Queda “reshulón” y además nos aseguramos que jamás de los jamases se suelten las cuerdas. Aunque si no lo hacéis aseguro que no se van a soltar.
Vueltas de la cuerda
Ahora esperamos a que la cola haga su trabajo (siempre he querido decir esto, de toda la vida dicho por el señor de Bricomanía) y acabe de secarse.
Con arena muy fina, que es fácil de encontrar en cualquier centro de decoración, rellenamos nuestras peceras hasta un poco por encima del nivel que hayamos dejado las cuerdas. Colocamos las piedras y la vela como más nos guste.
Sólo queda colgar nuestra obra del lugar elegido. Aquí las podéis ver colgadas del siguiente proyecto que os explicaré.
Colgadas del árbol
Jurriconsejo:
Como alternativa, si sois más de “montaña” que de “playa”, en lugar de rellenar con arena, una buena idea es crear un pequeño jardín en su interior, eligiendo bien el tipo de plantas puede quedar algo interesante. Ya os dejo que os volváis locos, las posibilidades son muchas.