Y es que a testaruda no me gana nadie. Me empeñe en usar el sello del buhito, y claro, a pensar como lo contextualizaba (vamos que me pasa lo mismo por las mañanas cuando me emperro en ponerme unos zapatos de un color y tengo que coordinar el resto de la ropa para que me pegue!).
Así que dejando volar al buhito, y tambien a mi imaginacion...
esto surgió.