Normalmente los empiezo o termino en las vacaciones de verano, así que con suerte, de año en año saco uno.
Pero lo mejor es que luego siempre me entra mucha pereza para llevarlos a enmarcar y ya hay tres que están esperando.
En este último no he tardado un año porque es pequeñito. Eso sí, me encantó porque me recuerda a mi hijo.