Una vez tenía trazadas las primeras líneas, le di un poco de color y se me ocurrió compartirlo en mi grupo de WhatsApp y en Facebook. Y se desató la locura... sin tener terminado el dibujo, sólo lanzando la idea de las medallitas, ya teníamos encargos. Algunas de las niñas hacían su Primera Confesión este viernes y querían como recuerdo para conmemorar ese día la medallita de la Virgen de su colegio.
Así que nos dimos prisa y terminé la Virgen con Photoshop (ya sabéis lo que me gusta pintar con este programa), hicimos las plantillas con los diferentes tamaños de medallas (uno para pulserita y dos para gargantilla). Por supuesto, había que hacer una presentación bonita y realizamos unos carteles con el dibujo de la Virgen y los dos logos.
Montar las medallitas lleva su sistema. Sobre las plantillas de la Virgen en papel fotográfico, se aplica un pegamento especial (cuidado con las burbujitas) y se ponen enseguida los cristalitos o cabuchones. Se presiona y se expande el pegamento. Una vez secado, reviso una a una, para que no queden imperfecciones, con lupa, literalmente (lo podéis ver en la foto). Entonces las recorto y con otro pegamento diferente se pega a la base de las medallas. María se encarga de trabajar el cuero de gargantillas y pulseras, con sus nudos correderos y bolas para que queden bien bonitas.
Ahora ya tengo un montón de Virgencitas más para dibujar. ¿Te gusta mi nueva aventura?