Para que veais de lo que hablo, os emplazo a que aprendais la técnica original según la Biblia de esta técnica, el Taller de Ire.
No puede ser más sencillo y con elementos que todos tenemos YA en casa:
CDs (que no DVDs) de datos que queramos reutilizar
Cinta adhesiva (a poder ser la típica cinta de precinto transparente grande, que cunde más)
Alcohol etílico, isopropílico o acetona, y algodón
Tijeras gruesas y cúter
Pintura acrílica (no con base demasiado acuosa; esto es importante de cara al resultado)
Horno
Entre los CDs del trabajo y los caseros, tengo choporrocientos mil CDs a los cuales sacar partido. Pero para esta técnica son mejores los CDs de grabación de datos, porque los que tienen una capa pintada por lo visto dan muchos problemas (eso no me he molestado en comprobarlo) y es mejor usarlos para hacer mosaico con su parte trasera, similar a un espejo.
Aunque por lo visto hay gente que ha tenido problemas, tal como comenta Ire en su web, yo no tuve dificultades en proceder con el mecanismo y todo transcurrió más o menos como advierte ella en sus tutoriales:
1. Se raspa el borde de los CDs para tener un punto a partir del cual levantar la capa superior (con las letras).
2. Con la cinta adhesiva, se "depila" toda la capa superior del CD sin dejar ni rastro, partiendo de ese rasguño inicial.
3. Con algodón impregnado en alcohol o acetona, frotar a conciencia para quitar la capa verdosa irisada que tiene el CD en su parte intermedia.
4. Marcar los cortes a realizar con el cúter y cortar con unas tijeras grandes y fuertes. Queda mejor si el corte final es cuadrado, porque los bordes se "astillan" menos.
5. Pintar uno de los trozos recortados y colocar encima un trozo exactamente igual de tamaño, haciendo un "sandwich" con la pintura entre medias.
6. Colocar sobre papel de plata completamente en contacto con una fuente metáliza para horno y hornear a temperatura máxima (250 ºC o más) con calos por ambos lados 10-15 min hasta que las dos capas de CDs prácticamente se hayan fundido entre sí y la pintura parezca que burbujea.
7. Dejar enfriar y utilizar.
De mi experiencia dejo a navegantes algunos avisos y consejos, que se suman a la experiencia de otros blogueros:
Los mejores resultados se obtienen con cortes cuadrados, porque los cortes redondeados quedan con más aristas. Por eso el uso ideal es el de tesela de mosaico.
Es imprescindible que el papel de aluminio esté completamente liso y pegado a la bandeja de horno; cualquier irregularidad provocará un cráter en la parte trasera de la pieza (que queda completamente lisa, a diferencia de la parte superior que ha de quedar ligeramente convexa).
Se producen cambios de color relativamente impredecibles: el amarillo pierde brillo, el blanco queda verdoso, rojos y rosados viran a naranja...Es mejor usar colores puros porque los mezclados pueden dar efectos indeseables, como disociación de los colores primarios, efecto de aguas...Los dibujos no se conservan bien.
La pintura no debe tener una base demasiado acuosa, porque se crearían burbujas al hacer el sandwich y tras el horneado quedarían trozos sin pintura en el interior. En el caso de la pintura acrílica, intentar usar el pincel lo más seco posible y que la capa de pintura tenga el suficiente grosor, para que cuando se aprieten las piezas del sandwich entre sí no se produzcan burbujas en la pintura.
La laca de uñas no se puede utilizar, ni siquiera la transparente.
El plástico del círculo central del CD da resultados diferentes al del resto de la superficie.
La purpurina y el efecto de glitter se funden y no perduran tras el horneado; como mucho pueden contribuir a crear un efecto de "aguas" sobre la pintura basal.
El proceso de horneado requiere vigilancia constante porque tan pronto como en 10 minutos ya se puede haber creado el efecto; es mejor tener que meter de nuevo las piezas para que acaben de hornearse que no arriesgarse a que se calienten en exceso; quedarían demasiado fundidas entre sí, irregulares y con burbujas. Mi horno tiene 270 grados de temperatura máxima y en 10 minutos las tuve que sacar, y ya estaban un poco pasadas. Casi es mejor dejarlo a los 250 ºC canónicos y no achicharrarlas tanto, aunque haya que esperar un poco más.
Os dejo imágenes de mis resultados:
Como me faltaba estrella para el árbol de navidad, comprado este año, probé de hacer una con esta técnica de reciclar CDs. Necesité dos CDs en total, uno para la capa superior y otra para la inferior. Los fragmentos entre los brazos de la estrella los aproveché para recortarlos de otras maneras y probar el resultado con distintas pinturas, y así no gastar CDs a lo tonto. Pinté la estrella de amarillo con puntos blancos para ver si quedaba un aspecto final más degradado y claro y las puntas y el centro de color salmón para que no quedara un color tan plano. No le puse más purpurina ni otros efectos porque al no conocer como quedaría finalmente, no quería cagarla.
Este es el resultado. Desde luego parece más una estrella marina que una estrella del cielo. Las puntas anaranjadas dan un aspecto como de tostado, el amarillo ha perdido claridad y brillo y los goterones blancos no han contibuído a dar un toque irisado. Hay un exceso de burbujitas y se aprecia un tono verdoso. El tamaño contribuye a que se vean más los desperfectos. No la he colgado en el árbol (en su lugar coloqué una estrella de origami hecha con papel plateado reciclado de un envoltorio), pero me la guardo para cuando el próximo año en el colegio de mis hijos vuelvan a pedir adornos de Navidad hechos con material reciclado. ¡Yo ya tengo el mío hecho!
Disposición original de las piececitas antes de meterlas en el horno, con diferentes tipos de pintura (laca de uñas o acrílica) y efectos (color puro o diferentes brochazos. La pieza verde de la esquina inferior izquierda tiene purpurina verde por encima de la pintura, aunque casi no se aprecia. La pieza de abajo del todo, solamente tiene laca de uñas transparente con glitter plateado cuadrado.
El resultado tras el horneado: ya se ve que el color amarillo pierde luminosidad, los rosados tienden al anaranjado, el blanco queda verdoso, los azules se conservan bastante bien y los colores mezclados o se escinden en los colores originales o viran hacia el rojizo, si forma parte de la mezcla. Las lacas de uñas quedan marrones y mucho más irregulares en sus superficie. La pieza verde que contenía purpurina no queda brillante, pero sí con un efecto gracioso de burbujas (casi no se aprecia).
Detalle del fiasco de pintar las piezas con laca de uñas. No es una cuestión de usar unas lacas de un color u otro, con brillo metalizado o no, porque el efecto se produce incluso con las transparentes: quedan de color "quemado" y con la superficie irregular y llena de cráteres. No es bonito, aunque quizás tenga alguna gracia si alguien quisiera hacerse un colgante con ese aspecto un poco "tétrico". El glitter brillante tampoco perdura después del horneado: desaparece.
Al final del trabajo, me quedaron unas piececitas muy monas para que jugueteen los niños pero nada aprovechable ni para unos colgantes, ni unos pendientes... Pero me quedo con la técnica y en cuantito tenga alguna superficie que desee decorar con mosaico (un marco, un cuenquito...) me fabricaré mis propias teselas.
A veces hay que invertir un poco de tiempo en I+D para ir descartando proyectos y aprendiendo nuevas técnicas, ¿no os parece?