Pero eso es excepcional porque mi tendencia es aprovechar los cordones, decoraciones, cadenas, detalles de cuero, etc, de botas y zapatos, para hacerme collares y pulseras.
Porque aunque el calzado esté estropeado, con la puntera hecha polvo, el tacón desaparecido, la suela desgastada, y estemos hasta las narices del zapato en cuestión, las decoraciones de cuero se pueden recortar y aprovechar y media una pena tirarlas...
Dos tiras de cuero con remaches diversos que decoraban sendas botas de invierno. Las botas a la basura, pero las tiras se descosen y sin cortarlas en longitud, se les cose un automático negro discreto y se pueden enrollar en forma de pulsera-muñequera jevi. Y esa es la manera más sencilla de aprovecharlas: se pueden coser a otras botas sencillas, usar de collar, coserlas a un cuello o ruedo de una camiseta o falda...
Unos apliques de unas sandalias, directos a unos tirantes sosos que había que disimular en una camiseta vulgar y corriente del Primark. Pues ya queda otra cosa.
En esta ocasión la tira de cuero no viene de unos zapatos si no de un cinturón minúsculo de una falda de cuando yo tenía cuerpo de ponerme cosas con tan poca cintura. No hace falta tocarla un pelo, solo guardarla hasta que se te encienda la bombilla. Es una pulsera de cuero como tantas que ves en los mercadillos, pero gratis. De igual forma se puede usar de collar choker, que están muy de moda.
Traperismo máximo, lo sé, pero es que me daba pena tirarlo. Yo voy por la calle y la gente no lo distingue de algo que haya comprado. El cuero es taaaan caro... :P