Hoy os voy a contar mi experiencia pintando mandalas en piedras.
Había visto por internet verdaderas preciosidades de piedras pintadas y quería probar. No parecía difícil...¡ay! tonta de mí...
Bueno, aquí abajo os pongo una imagen por pasos tal cual seguí.
Primero elegí una piedra de playa lo más redondita y planita que pude, y le tracé un círculo lo más amplio posible, luego lo pinté de negro para hacer la base del dibujo. Hasta aquí muy bien.
En el siguiente paso ya vi que no parecía tan fácil, pinté en el centro un círculo sobre el que empezarían las demás series de puntos del mandala. Lo pinté con un pincelito fino, pero era imposible que me quedara el círculo perfecto que vi en fotos y tutoriales. Ahí ya comprendí que había cometido un error, no debía de hacerlo con pincel, sino con un punzón de manicura de varios tamaños.
Pero bueno, como ya había empezado decidí terminar para ver cómo quedaba la cosa. Los siguientes pasos fueron ir haciendo series de puntos alrededor. Cada vez me iba gustando menos.
Luego cuando ya iba terminando fui rellenado huecos con más puntos.
Y ahí veis el resultado en el número 8. Pero ahí no acababa la cosa, después venía el brillo.
Después de estar media mañana pintando puntitos, fui a darle el brillo, ¿y qué pasó?, pues por lo visto no había secado lo suficiente y acabé corriendo todo el dibujo. Y mi "obra de arte" terminó en la basura.
Y esa ha sido mi experiencia. Probablemente probaré otra vez, ésta primera vez me ha servido para aprender de los errores. ¿Alguno de vosotros ha probado a pintar piedras? ¿os ha ido tan mal como a mí?
¡Nos vemos en la próxima entrada!