Seguro que a muchas de vosotras os lo han pedido alguna vez vuestros hijos. Hay padres que lo tienen claro, pero si tienes dudas al respecto de la posesión de un animal de compañía, mejor sigue pensándolo hasta que estés segura.
Una mascota proporciona muchos beneficios, pero conlleva muchas responsabilidades que tu hijo no será capaz de asumir por sí solo..., por mucho que él lo prometa. No caigas en el error de asumir que el pequeño cuidará del animal y piensa que es un compromiso a muy largo plazo.
La convivencia con un perro es una experiencia que aporta muchas cosas positivas a los niños: es un compañero de juegos fiel, un confidente que potencia su capacidad de comunicación , un apoyo en su autoestima y una forma de ir conociendo y aprendiendo el sentido de la responsabilidad.
También requiere sacrificios y obligaciones que el pequeño tendrá que aprender de la mano de una persona mayor que le explique la necesidad y el porqué de cada cosa: alimentación, higiene, aseo, ejercicio diario, etc.
De manera que antes de que una mascota entre en nuestro hogar, se debe educar a los pequeños de la casa en el respeto por el animal y explicarle las tareas que conlleva.