Es un tema que siempre está ahí, pero por alguna razón esta semana se han juntado los astros y no he dejado de ver posts sobre este asunto, y como en estos momentos estoy especialmente sensible con el tema, hoy voy a darle una vuelta más. Y sí, este es otro de esos post sobre madres, mujeres y conciliación.
Partamos de la base de que mi marido y yo tuvimos dos niñas, dos niñas que además son las mismas niñas y nacieron los mismos días. Mismo hecho entonces, pero evidentemente no nos afectó igual a nivel laboral. Mi marido pidió cuatro días con cada nacimiento para estar en casa, y de vez en cuando tiene que salir un poco antes del trabajo si yo no llego a tiempo a recogerlas. Fin de la historia.
En mi caso la cosa cambia: pierdo mi trabajo con el primer embarazo, a quién se le ocurre!! quedarse embarazada con un contrato temporal... . No pasa nada, aprovecho y disfruto de mi hija en casa, y feliz de poder hacerlo. Busco trabajo a media jornada, misión imposible?? pues no, lo consigo (después de un año, claro), y además un trabajo de lo mío, que me gusta y donde además me van dando más responsabilidades! sí, estas cosas también ocurren. Así que me paso diez años siendo la mujer más feliz del mundo, tengo trabajo, tiempo para mis hijas y aunque siempre voy a cien, mi vida es realmente buena. Pero mi trabajo se acaba y estoy en una ciudad nueva donde no hay abuelos cerca!! y empiezo a darme cuenta de que estos años de vida realmente buena se sostenían en parte en unos abuelos que vivían estratégicamente en frente del colegio y estaban allí siempre que era necesario. Ahora que busco de nuevo trabajo, me doy cuenta de lo complicado que va a ser combinar todo cuando lo encuentre.
A pesar de que mi vida laboral ha sido muy buena hasta ahora, evidentemente el nacimiento de mis hijas afectó mucho más a mi carrera que a la de su padre. ¿Por qué? ¿hubo un designio divino que me marcó a mí como principal responsable de mis hijas?, pues no, vamos a ser sinceros, yo fui la que quise reducir mi jornada y la que quise estar más tiempo con mis hijas. Si mi marido hubiese dicho en ese momento "yo me quedo en casa y tu trabaja las horas que quieras" yo no hubiese aceptado. También podríamos haber trabajado los dos a tiempo completo, y contratar a alguien para cuidarlas, pero la realidad es que yo quería hacerlo, yo quería y necesitaba estar ahí y pasar tiempo con mis hijas. ¿Por qué?? pues lo explica muy bien Mar de Sonambulistas en este post, pues porque educar a un niño es una labor que implica mucho tiempo y es probablemente la más difícil de delegar de todas.
Reconozco que había momentos en que me preguntaba qué rayos estaba haciendo en casa preparando papilla cuando podría estar haciendo un trabajo mucho más cualificado :-), pero doy gracias por haber estado, por seguir estando, por poder hacer las cosas con paciencia y con cierta calma, por escucharlas, por jugar con ellas una y mil veces a Lego, por ver la saga de Star Wars juntas, por montar construcciones de madera infinitas, por empujar columpios hasta tener músculo en el brazo, por leer mil cuentos, por ver cómo aprendían a andar, leer, nadar, patinar, hacer volteretas o montar en un caballo. Lo cierto, es que todo eso no me lo quería perder. Es verdad que era un poco locura, y mientras yo preparaba la merienda, escuchaba sus historias del día y recogía una lavadora, nos inventamos una canción que se llamaba "Mamá Malabarista", y así me sentí durante todo ese tiempo, mamá y malabarista y feliz también. Porque tampoco quería perderme mi vida laboral, la sensación de actividad, de ritmo, de sociabilidad que implica salir de casa a trabajar. Ahora no puedo evitar echar de menos llegar a casa con ganas de estar en casa :-).
Pero el caso es que cada vez que alguien escribe sobre esto, hay mil comentarios con casos similares, está claro que somos muchas las que tenemos este problema, que queremos y necesitamos conciliar de verdad y lo realmente difícil es encontrar una solución. Imaginemos la misma situación: mi marido cuenta que va a tener un bebé y en su oficina todo son sonrisas y celebraciones. Yo por mi parte le digo a mi jefe que estoy embarazada casi con sentimiento de culpa, como si fuese una adolescente inconsciente..., y mi jefe me sonríe y me felicita mientras mentalmente cuenta los meses que quedan para que pida la baja y reza para que no tengas un embarazo de riesgo. ¿Es mi jefe una mala persona? pues no, es un empresario, y su proyecto no es mi familia, si no su empresa.
¿Cúal es la solución entonces?? yo creo que la reducción de jornada fue una de las mejores medidas que se han tomado, pero ¿tendríamos que pedir una jornada reducida si los horarios fuesen más racionales?? siempre se dice que es muy complicado, pero hemos importado tantas cosas de Europa que parecían también muy complicadas y en realidad no lo fueron. Para mi, parte de la solución empieza con un horario más racional para todos, poder trabajar las ocho horas y salir a una hora prudente (casi nadie necesita ya dos horas para comer..) y así no tener que dejar a los niños en los colegios durante jornadas interminables.
Y sinceramente, también se necesitaría una mayor implicación de los padres de las criaturas. Si un niño se pone enfermo, pues aunque sea nos lo jugamos a piedra, papel, tijera :-), pero que no siempre seamos nosotras las que asumamos esa responsabilidad. Si los empresarios empiezan a ver que el padre lleva también lleva al niño al dentista o tiene que salir antes porque ha fallado la canguro, quizás ya no hagan tantos cálculos mentales cada vez que una mujer se queda embarazada... :-)
Pero sobre todo la solución parte de empezar a reconocer y valorar por parte de todos la labor de educar a un niño. Los niños, no son sólo de las madres ni de los padres, son las personas que van a mantener el país en el futuro y que sean "buenas personas" es algo que nos va a beneficiar a todos. Y no hablo sólo de que paguen nuestras pensiones, me refiero a que los primeros que se quejan de lo mal educados que están estos niños de hoy en día son los mismos que no pueden entender que pases tiempo con ellos en detrimento de tu carrera.
Yo por ahora sigo queriendo conciliar y sigo queriendo no renunciar a nada, busco trabajo y sé que tendré que contratar a alguien que me ayude con las niñas y tendré que buscar planes B para cuando se pongan enfermas o falle la canguro (que también tiene derecho a ponerse enferma), y hasta que algo de esto cambie sé que no me quedará otra que volver a ser Mamá Malabarista.