Hoy vengo con un post sobre historia, moda y confección. El último que escribí trataba sobre la historia de las lentejuelas y puedes leerlo aquí. El de hoy se centra en los sacos de harina.
Espero que disfrutes de la lectura.
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Los tiempos que corrían durante la Gran Depresión fueron dificiles. Había que ahorrar todo lo posible e ingeniárselas para reutilizar lo poco que se podía encontrar.
Así fue como las mujeres de aquella época tuvieron que idear una forma para poder confeccionar ropa y vestir a su familia con los pocos recursos que habían.
La desesperación sacó a relucir el ingenio de las amas de casa y éstas, al darse cuenta de que los sacos de harina estaban hechos con tejido de algodón, comenzaron a vaciarlos y a utilizar la tela para confeccionar ropa para su familia.
Cuando los fabricantes se dieron cuenta del uso que se les estaba dando a los sacos de harina, decidieron involucrarse de una manera muy especial.
Comenzaron a realizar sacos con estampados de distintos estilos y colores tanto para adultos como para niños.
Algunos de esos sacos incluso venían estampados con patrones para coser juguetes.
Estaba todo bien pensado. La tinta que se usaba para etiquetar los sacos era lavable y en el propio saco se podían encontrar instrucciones para poder lavarla correctamente.
"Para lavar la tinta: Dejar en romojo toda la noche en agua fría con jabón. Luego lavar a conciencia con agua tibia y jabón hasta que la tinta desaparezca. Enjuagar bien y si es necesario hervir durante 10 minutos para recuperar el blanco natural de la tela."
Se llegaron a publicar en el periódico tutoriales para transformar los sacos en delantales, paños de cocina... etc.
Algunos sacos incluso traían impresas (en tinta lavable) distintas sugerencias para hacer cosas con ellas.
"Paño de cocina. Hacer dobladillos en los bordes. Hacer un pespunte bonito utilizando hilos de distintos colores. En los siguientes días llegarán otros diseños."
La práctica de usar sacos de harina para la confección se popularizó tanto que comenzaron a distribuir libretitos con ideas.
Pero luego todo cambió con la Segunda Guerra Mundial. El tejido de algodón fue racionalizado y la mayoría de lo que había se destinó a la confección de los uniformes de los soldados.
Desde entonces, la harina empezó a venderse en bolsas de papel hasta la fecha.
Espero que hayas disfrutado de esta entrada tanto como yo.
Fuente: https://www.littlethings.com
Un saludo