Les cuento que son cajones de verdura de verdad, de esos que le pedís al verdulero de la esquina. De esos todos manchados y llenos de astillas que muchas veces terminan como combustible para el fuego del asadito del domingo.
Pero no! A rescatarlos y empezar a trabajar con paciencia y mucho amor. Mucha tarea de lijado para preparar la superficie y empezar a pintar y decapar , y aquí está el resultado.
Valió la pena no?
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