El 31 de mayo, hacía la comunión Alejandro y su madre quiso encomendarme la importantísima misión de hacerle el libro de firmas que iba a usar para guardar los recuerdos de su día. Por supuesto, decidí que ese sería mi regalo, así que tenía que darlo todo para que quedara perfecto.
Al principio no tenía muy claro cómo plantearlo: infantil, vintage... Pero, de pronto, me crucé con la colección de papeles Cut & Paste de American Crafts y lo vi claro: la portada tenía que ser imitando tablones de madera y tenía que meter el blanco roto y el rojo de su traje de comunión sí o sí.
Así que, con estas premisas, me puse manos a la obra y todo fue fluyendo solo. Primero hice la estructura, sencilla, con encuadernación de anillas. Solo la encuadernación con las tapas ya me estaba diciendo que el resultado iba a ser bastante satisfactorio.
Las anillas rojas le daban un aire "diferente", alegre, precisamente lo que estaba buscando. Pero no me quedé ahí. Se me ocurrió usar la medallita en la portada y quería que esta quedara integrada en la tapa, no en las anillas. Así que, armándome de valor, cogí mi Crop-A-Dile e hice los dos agujeros por los que pasaría el cordón rojo (me costó decidirme por el miedo a estropear las tapas). Y, mira por dónde, ¡me encantó el resultado!
Los detalles de la portada los corté con la Cameo, usando baker"s twine rojo para "coser" los bordes del troquelado.
En la contraportada coloqué un bolsillo para meter una "tag" gigante donde se recogían todos los datos del evento. Dejé los espacios en blanco para que el protagonista del día pudiera rellenarlos él mismo, de su puño y letra.
La primera página se la dediqué completamente a Alejandro. Elegí el papel del garabato porque me pareció que reflejaba perfectamente la personalidad del niño: inquieto, espontáneo, alegre y divertido. Se me ocurrió hacer una ventana por conectar un poco la decoración con la foto y el texto de la "tag". Y en el interior, una decoración sencilla con un sello estampado con Versafine y repasado con Glossy Accents para darle relieve.
La dos páginas siguientes, las he dejado sin apenas decoración para que el niño pueda pegar las fotos que quiera. El título, en consonancia con la página en la que lo he pegado, lo he cortado con la Cameo y lo he pegado con cinta de doble cara de foam, para darle un poco de volumen...
... y los banderines, decidí añadirlos para resaltar el carácter festivo del día, colocándolos a juego con el fondo de la página. Para unirlos he usado un trozo de baker"s twine rojo y blanco.
La tercera y última página decorada contiene una oración. Sirviéndome del fondo de manchas blancas que ya traía el papel, he colocado tan solo un sello estampado con un motivo de Comunión para no quitarle protagonismo a la oración en sí.
En cuanto a las páginas destinadas a las firmas, he querido colocar el título solo en la primera de las páginas, para que a los invitados les quedara claro dónde debían empezar a escribir. En la contratapa trasera también he añadido un bolsillo, donde Alejandro podrá guardar los CD"s con las fotos o cualquier otro recuerdo de su Comunión.
Como habréis podido ver, en general no he querido decorar ni dar mucho relieve a las páginas, ya que al ser un libro de firmas, resultaría bastante incómodo escribir si quedara muy abultado.
No sé qué os parecerá, pero yo estoy muy contenta con el resultado de mi trabajo y, sobre todo, con que gustara tantísimo a madre, hijo e invitados.
Como siempre, muchísimas gracias por la visita y por vuestros comentarios.