Después de hacerle la legionaria a mi hija, empezó el hermano a darme la turra para que le hiciera la cabra. ¿Dónde se vio un legionario sin la cabra? Y mi hija empezó a tirarme indirectas, qué bien quedaría con una cabra... Hala, pues a hacerle una cabra a la niña.
Y fue más complicado de lo que pueda parecer, porque el tamaño de la legionaria no importa, pero el de la cabra sí, porque tiene que ser proporcional. Empecé a hacer una que parecía un caballo al lado de la legionaria; después hice otra y parecía un perrín, jaaj. Así que al final tuve que variar el hilo (para el cuerpo cogí 3 hebras de Kid-Silk con ganchillo de 3mm, para las patas y las orejas, 2 hebras con ganchillo de 2.5) e ir probando e improvisando. Pero bueno, creo que mereció la pena.
Y, para rematar, había que hacerle la manta que lleva la cabra. Ahí sí le pedí ayuda a mi hija, yo corté un trozo de tela rojo, lo rematé y ella lo pintó. ¿No me digáis que no es una pasada?
Quedó chula ¿verdad? Espero que os haya gustado
Besos
Nuria