El patrón elegido es el Raw Honey de Alicia Plummer. Es bonito pero sencillo: se hace todo combinando punto del derecho y punto del revés. Y como normalmente me pasa, fue una pequeña odisea, de principio a fin.
Para empezar, como no tengo dónde conseguir agujas de doble punta de las medidas que necesitaba (cuando fui a por las del gorrito de bebé solo tenían un juego y era del 3,5) las pedí por Ebay. Me confié en los precios de los envíos exprés (o llegarían casi en marzo) y al final me hubiese compensado comprarlas en España.
Las agujas tardaron más de lo previsto en llegar, por encima. Incluso pensamos que las habían perdido, pero solo fue el vendedor malinterpretando al mensajero. Un lío. Mientras, yo veía que el resto de participantes iban tejiendo sus mitones y me moría de envidia.
Cuando llegaron, me puse a ello al momento. Elegí una lana bastante más fina de lo que pide el patrón, porque vi que los mitones que se iban tejiendo quedaban grandes, y mis manos son extra pequeñas: la talla S del patrón es para una muñeca de 15cm y la mía es de 10cm. Y también cogí esta lana porque la tenía en casa desde hace años y no sabía en qué más usarla.
Usé la Merino Superwash de Lanas Stop. Tiene un grosor aproximado de 4,5, y para las agujas de 4 y 4,5 con las que se tejen los mitones se maneja muy bien, aunque el dibujo que debería formar apenas se aprecia por ser tan finita; creo que el patrón pedía una de grosor 6. Al ser merino, además, son finos, ligeros y flexibles, pero muy calientes y cómodos.
Mi segundo problema vino al terminar el elástico del primer mitón. Nunca había seguido un gráfico con un esquema de puntos e hice las primeras vueltas mal. Y luego, volví a interpretar mal las instrucciones e hice mal los aumentos para el pulgar. Solté las agujas, deshice un trecho y cuando quise volver a ponerlas, aquello no tenía remedio ya. Deshice todo y volví a empezar.
Pero lo cogí con más ganas. Terminé el elástico en menos tiempo que la primera vez, ya empecé a hacer el dibujo de las primeras vueltas como tocaba, hice bien los aumentos para el pulgar... y cuando me di cuenta, estaba volviendo a enganchar las agujas en el pulgar para rematar todo.
Terminado el primero y con la experiencia anterior, el segundo lo hice en un día. Fue todo bien hasta... hasta que se me terminó la lana. A dos vueltas de terminar el pulgar. Casi me da un algo.
Había pesado la lana antes de empezar. Calculé el peso, calculé los metros que pedía el patrón. Me daba de sobra. Terminado el primer mitón, lo pesé, y pesé también lo que me quedaba de lana. Parecía que tenía margen. Pero no. Cuando me quedaban menos de 40cm para terminar, se acabó.
Por suerte, rebuscando en el alijo secreto, encontré un azul muy parecido. Es un hilo de algodón que no tiene nada que ver con el merino, pero el color daba el pego. Terminé el pulgar y porque sé que son dos lanas diferentes, porque creo que apenas se nota la diferencia (esa lana es la que me sobró de esta bufanda).
Y ahora estoy más que contenta con mis mitones nuevos. He aprendido un montón mientras: sobre todo, los aumentos y cómo cerrar los puntos. Nunca lo había hecho así y me parece mucho más fácil y con mejor resultado que cómo lo estaba haciendo.
Así que muchas gracias a todas las participantes. No tuve que pedir ayuda porque cuando empecé ya habían solucionado todas las dudas que se podían tener, pero fueron muy necesarios los vídeos que compartieron. Y sobre todo, gracias a Gemma por poner todo esto en marcha :)
.