Quería un jabón lo más suave posible para mi piel sensible y reactiva. Y creo que lo he conseguido, porque después de haberlo probado, me deja la piel suave, hidratada y cuidada.
Lo he hecho con leche de avena casera, siguiendo las instrucciones que mi compañera jabonera Noe explica muy bien aquí, jugo de aloe vera, oleatos de manzanilla tanto en aceite de oliva virgen extra como de almendras dulces, este último como sobreengrasado.
La manzanilla calma las irritaciones y es antiinflamatoria.
También tiene aceite de aguacate que ayuda a las pieles secas y es bastante emoliente, aceite de jojoba que ayuda a la hidratación de la piel.
Reconozco que cuando tengo en mis manos un jabón lo primero que hago es olerlo, sin embargo, prefiero los jabones sin aromas, que tenga el olor que le aporten sus ingredientes, y éste huele sutilmente a manzanilla.
Para que un jabón te haga más efecto, enjabónate muy bien y deja actuar la espuma en tu piel un par de minutos, si puedes más, mejor, el resultado se comprueba a los pocos días de usarlo, te ayudará.
Componentes: leche de avena casera, aceites de oliva virgen extra (oleato de manzanilla), coco, almendras dulces (oleato de manzanilla), aguacate, jojoba, manteca de cacao, cera de abeja e hidróxido de sodio.