Llegados a ese punto, lo mejor es desconectar, cambiar radicalmente de actividad. Salir a pasear, aunque esté diluviando; pintar, un cuadro, unos garabatos, decorar tu agenda o pintar un mueble; cocinar, para hoy, para mañana y para todo el mes, si es preciso. El caso es ocupar la mente en una actividad que no tenga nada que ver con aquello tan importante que te ronda la cabeza.
Si tienes tiempo, hazte una escapada de fin de semana, cambia la ciudad por el campo y rompe todas tus rutinas. Si no tienes esa suerte, sal a correr, cambia los muebles de sitio para redecorar tu casa o date una ducha. Sabías que la ducha es uno de los lugares donde surgen las mejores ideas y se encuentra solución a la mayoría de los problemas? Es como si al caer el agua por el cuerpo, arrastrara todo aquello que te colapsa y lo tirase por el desagüe.
Una vez despejada la mente, hasta el punto de haberte olvidado casi por completo de tus preocupaciones, puedes retomar el asunto que habías aparcado y, mágicamente, las ideas fluirán. Incluso puede que disfrutes terminando esa actividad que tantos quebraderos de cabeza te ha dado.
Y tú qué haces para superar un bloqueo? Cuéntamelo, tomaré nota de todo!!
Foto: Sara González Carrasco