La conclusión es clara: el inconformismo llama a mi puerta. No se trata de enfados o malas palabras. Es mucho más que una pataleta o una diferencia de opinión. Los hechos a los que me refiero son mucho más profundos, y tienen que ver con cuestiones muy básicas como los derechos, la igualdad, el respeto... Ahí es donde no quiero conformarme, por sutil que sea.
Por eso este mes voy a ser incorformista, no voy a ser indiferente a lo injusto y voy a transformar mi mundo. Pequeñas acciones han logrado grandes cambios en la historia, y yo lo voy a hacer con la mía, mi historia. No voy a resignarme al "es lo que hay" y voy a sentir la satisfacción de haber hecho lo que quería hacer.
Esta frase está en el manifiesto MyT que os enseñé hace unas semanas, como no podía ser de otra manera. Porque no es solo un propósito del mes, es un principio básico, una filosofía de vida, que a veces olvido practicar. Es un estado permanente propio de las personas que cambian para alcanzar sus objetivos.
Qué opináis? Sois inconformistas? Podéis etiquetar vuestras fotos y comentarios con #soyinconformista Los leeré todos!
Un abrazo!
Fotos: Sara González Carrasco