Hoy Vanesa se despertó temprano.
Antes de abrir los ojos ya tenía una sonrisa en la cara.
Se acordó de lo de ayer y un ligero rubor subió a sus mejillas.
Saltó de la cama y se vistió rápido.
Tenía que salir.
La hierba cubierta de rocío cosquilleaba sus pies descalzos.
Vanesa no podía dejar de pensar en lo de ayer.
Sus ojos brillaban.
La sonrisa se ampliaba.
El sol comenzaba a salir.
Se tumbó en el prado a que el sol calentara sus mejillas.
El pecho subía y bajaba al compás de su respiración.
Si se acordaba de lo de ayer, se aceleraba.
Arrancó flores de colores y las colocó en su pelo alborotado.
Se incorporó y miró al cielo.
Se acordó de lo de ayer y una risa se escapó de su boca.
Se llevó los dedos a los labios para ocultarla.
Es un secreto...
... No puede saberlo nadie.
Será el secreto de Vanesa...