Para mí cumple muchos requisitos:
Se puede hacer con niños de edades muy distintas.
Damos una segunda vida a objetos que tenemos en casa; reciclamos un tarro de cristal.
Y el resultado es bonito y novedoso.
El bote de la calma o bote mágico consiste en pintar un bote con puntitos de pintura incandescente que nos servirá como objeto luminosos en la oscuridad dando un efecto muy original.
Yo no les he dicho que las pinturas se iluminaban hasta el final:)
Paso a paso:
Necesitamos un bote de cristal ( nosotros hemos utilizado uno tamaño mermelada), unas pinturas fluorescentes, un pincel y muchas ganas de pasarlo bien.
Vamos haciendo puntitos con las pinturas, repartidos por todo el bote. Si tenemos de distintos colores el efecto es más llamativo. Hemos metido dentro un tul pintado de la mismo manera para dar más perspectiva.
Lo dejamos secar, lo ponemos a la luz y….Voilá ¡
Vais a tener que tirar un poco de imaginación, porque las fotos son caseras, pero mis hijas se lo han pasado genial llevándolo de la luz a la oscuridad y viendo lo que habían creado.
Este lo he encontrado en Pinteres . ¡ esta era la foto que quería hacer yo! :)
¡ Felices momentos !
María de Maybeadream
Tagged: El bote de la calma