Y esto es lo que tienes que hacer:
Llena el recipiente con agua templada hasta una altura, de manera que al sumergir la taza en él, el agua cubra entre 1/3 y 1/2 de la altura de la taza.
Echa en el agua unas pocas gotas de dos esmaltes que te gusten (2 o 3 gotas por color).
Con el palillo, remueve y mezcla las gotas rápidamente.
Ya sólo tienes que sumergir la taza y sacarla al momento (para que la mezcla de colores se adhiera a la taza formando “aguas”. Luego, deja la taza secar y… ¡tachán! Ya tienes tu taza decorada.
En éste video, se ve genial. Pero, como en todo, la teoría es mucho más fácil que la práctica y, la verdad, es que a mí el resultado me ha quedado un poco “truño”, jajaja… Mirad:
He hecho varios intentos, así que, al menos puedo daros algunos consejos:
Hay que hacer todo el proceso muy rápido, porque si no, el esmalte se seca.
No hay que echar demasiado esmalte porque si no se harán grumos en vez de “aguas”.
Si no te gusta el resultado, lávalo inmediatamente porque si no se adherirá a la taza y te costará quitarlo.
Puedes sumergir la taza recta, para lograr un “manchado” homogéneo como el mio; o sumergirla de lado para lograr un aspecto más creativo…
Si lo consigues, no laves tu nueva taza decorada en el lavavajillas, no soportará las altas temperaturas que alcanza.
Y, para que veáis como debería quedar, aquí van algunos ejemplos de gente a la que se le ha dado mejor que yo…
(Pincha en cada foto para ir a las webs de sus autores)
A todas nos pasa: los DIY y las labores no siempre nos quedan bien, pero, ¡será cuestión de seguir probando! ¿Os animais?
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