El viernes se murió Tito Vilanova. No, yo no lo conocía de nada, más que de gritar los mismos goles al mismo tiempo durante varios años. Pero es uno de esos curiosos momentos, como leía en internet, en los que la muerte de alguien a quien no conoces de nada, te toca.
A medida que vamos cumpliendo años vemos que a nuestro alrededor el mundo es mundo. Que la gente nace y se muere, que se nos van amigos y llegan pequeños llorones a darle la vuelta a nuestras ideas sobre la vida. Que todo cambia y todo sigue igual. Que nos alejamos de unos y aparecen otros. Que tenemos un tiempo finito y que no hay pruebas que valgan, que la cosa va en serio y hay que aprovecharla.
Vais a (volver a) pensar que soy una fumada, pero sinceramente, todas esas boniteces que se dicen sobre aprovechar el momento y tener una sola vida... son ciertas. (Casi) todos los días pienso en lo feliz que soy y en la suerte que tengo. Intento (aunque a veces sea difícil y solo piense en matar a alguien) tomarme las cosas con buen humor y relativizarlo todo. Porque, al fin y al cabo, esto es como el Un, dos, tres (que viejuna que soy!), aquí hemos venido a jugar.
Lo único que os quiero decir con esto, antes de pasar a cosas serias, como hacer una caja en forma de icosaedro con cartón extraído de una caja de forma cúbica, es que estas cosas pasan cuando menos te lo esperas. Y que al final se trata de disfrutar el camino y de aprovechar al máximo lo que tenemos. Y, por supuesto, de intentar con toda nuestra energía, conseguir lo que deseamos.
Aprovechad el tiempo y sacadle todo el partido posible. Y fijaos bien, el vaso siempre, siempre, está medio lleno.
Y ahora sí, vamos a intentar hacer una caja en forma de icosaedro. No se me asusten ustedes. Un icosaedro es un poliedro de veinte caras de forma triangular. Que no se me asusten, no, que no es nada, nada difícil.
La caja se aguanta sobre uno de los triángulos de la base, que son cinco y forman un pentágono con un poco de volumen. Así que cuando descansa sobre uno de esos triángulos, queda como ladeada, es decir, es imposible que la boca de la caja apunte hacia arriba.
Para la abertura vamos a dejar 5 triángulos sin montar, así que en realidad vamos a usar 15 triángulos equiláteros, de la medida que vosotros queráis.
Vamos a necesitar cartón, cúter, cinta adhesiva o washi tape, gesso, papel de periódico, cola blanca y pintura del color que queráis decorar vuestra caja.
Empezamos!
Primero, tenéis que dibujar vuestros 15 triángulos sobre el cartón. Para hacerlo, podéis dibujar un triángulo equilátero en Word, por ejemplo, cortarlo y usarlo como plantilla. Podéis dibujar varios triángulos juntos, que os faciliten el trabajo de pegarlos. Pero dependerá del tamaño de vuestro cartón. Si queréis cortar vuestra caja de una sola pieza, podéis descargar el patrón aquí.
Cuando ya tengáis los triángulos dibujados, los cortaremos con el cúter. No olvidéis poner algo debajo para no rayar la superficie de trabajo. Podéis usar una tabla de cortar de la cocina, por ejemplo.
No los cortéis todos. Cortad solo por las líneas exteriores. En las líneas interiores, las que hay entre los triángulos, realizaremos un corte superficial, que solo atraviese la primera capa de cartón y deje la segunda intacta.
Ya es hora de empezar a montar! Pensad que agrupamos los triángulos en grupos de cinco. Con los primeros cinco haremos la base, de forma pentagonal, con un poco de volumen. Y luego tendremos dos hileras más de 5 caras. una que saldrá de cada lado de nuestro pentágono inicial y otra que rellenará los espacios entre los 5 triángulos de la segunda fila.
Pegad las piezas con cinta adhesiva. A mí, la que mejor me funcionó fue el washi tape, que se adhiere a la perfección.
Cuando tengáis la caja lista, dadle una capa de gesso. El gesso es una imprimación para que la pintura se adhiera mejor. En este caso la pintura nos da igual, porque lo que buscamos es tener una capa uniforme de gesso que le dé un poco más de rigidez a nuestra caja.
¿Ya lo tenéis cubierto de gesso? Pues mientras se seca, que es bastante rápido, podemos ir rompiendo el papel de periódico para nuestra capa de papel maché. Recordad que para que el papel se pegue bien es esencial cortarlo con las manos. Si hay pompones en la zona, pedidles ayuda, seguro que les entusiasma la idea de destrozar algo.
Cuando tengáis el periódico listo, preparad la cola de papel maché, que no es más que una parte de cola blanca por otra parte de agua. Removed bien.
Seguro que ya tenéis el gesso seco y listo para trabajar. Menos mal, porque ahora os espera la parte más tediosa de todo el proceso. Hay que poner varias capas de papel maché. Para hacerlo, podéis mojar directamente el periódico en la cola, o podéis aplicar cola a la caja, pegar un pedazo de papel de periódico y después pasarle el pincel bien cargado de cola por encima.
Esta operación la vais a repetir ad eternum, así que cargaos de paciencia, buscad la mano de obra infantil que tengáis por casa y preparaos para pasar un par de días dando capas y más capas de papel de periódico.
Yo le di tres o cuatro capas, dejando secar entre ellas para valorar el grosor que iba adquiriendo la caja. Cuando la tengáis de vuestro grosor deseado, dejadla secar bien, todo un día.
Y ya solo os queda pintarla de los colores que queráis! Esta de las fotos es para la pompona, que pronto va a tener habitación nueva y la quiere en tonos de azul. Para la parte exterior usamos una pintura acrílica metalizada de Tiger: un bote entero, cuatro capas, porque no cubría del todo. Para el interior usamos una pintura color perla de la marca Giotto.
Y ya solo os queda esperar que se seque. Le podéis dar una capa de barniz para un acabado un poco más pro, o sencillamente para darle un pelín más de fuerza, aunque lo cierto es que el papel maché es un material mucho más fuerte de lo que parece.
Rellenadla de lanas, de retales de tela, de guantes antiguos o de juguetes. Y ahora que ya estáis, pensar en nuevas combinaciones en cartón: podéis hacer la base de la misma forma pentagonal, pero plana, y pegarle los triángulos de la misma manera. Hay miles de combinaciones posibles!