Voy a hacer una confesión. Cuando no tenía pompones y sí tenía Cartoon Network podía pasarme fácilmente toda una tarde viendo capítulos de El laboratorio de Dexter, Johnny Bravo, Vaca y pollo o Las Supernenas.
Soy muy fan de los dibujos animados, no lo puedo evitar. Me gustan particularmente estos dibujos nuevos, que han nacido un poco a la sombra de Los Simpson, en los que hay una lectura sencilla para niños, pero también hay otro nivel de lectura para sus padres y en los que hay mucha, mucha, mucha imaginación.
Reconozco que algunos, al principio, me parecen violentos y me pongo las manos en la cabeza cuando veo ciertas cosas... Pero entonces siempre recuerdo que yo veía Tom y Jerry y a mi adorado ratoncillo se le ocurrían las torturas más horrorosas para el pobre gato y que eso a mí nunca me supuso un trauma. O a lo mejor sí, pero como no soy consciente... pues eso, bendita ignorancia.
La cuestión es que son buenos tiempos para la animación y hay muchísima oferta. Si nos seguís en Instagram ya sabéis que somos fans de Studio Ghibli y de Miyazaki, pero también disfrutamos mucho con otro tipo de dibujos e intentamos ampliar siempre nuestro horizonte.
Sin embargo, seamos sinceros, lo que más vemos es lo que hay en la tele. Y por suerte hay dibujos súper chulos como Gumball o Hora de aventuras. Ambos programas son una maravilla de la imaginación, con historias raras y a veces un poco inquietantes, pero divertidísimas.
Y un día en el que estaba abriendo armarios, sacando telas y ordenándolas en estupendos montones en el estudio (se nos avecina una reforma y estoy haciéndome a la idea poco a poco) vi unos restos de forro polar amarillo y no pude evitar pensar en Jake.
Jake es majete y tiene una cara fácil. Y el pompón friki está súper enamorado de él. Así que pensé que podía hacer una bolsa, aprovechando que había hecho limpieza de bolsos viejos y tenía unas cintas estupendas de esas que se regulan en altura. Et voilà.
¿Queréis hacer una? Va, venga, os cuento cómo la hice.
Lo que tenemos entre manos es una especie de tote bag forrado sin cierres. Aunque le propuse al pompón friki varias opciones para cerrar su bolsa, él prefirió que fuese abierta "para poder llevar libros grandes". Así que en este caso no le he puesto ni cremallera, ni cierre magnético, ni un triste snap.
Necesitáis un trozo de polar amarillo (yo os voy a dar mis medidas, pero podéis hacerlo de cualquier medida que queráis), un pedazo de tela de algodón para el forro, fieltro blanco y negro para la nariz y los ojos, cinta para colgar la bolsa, si puede ser, extensible.
Para el cuerpo de la bolsa yo he usado una tira de 76 centímetros de largo por 27 centímetros de ancho, y dos tiras de 33 centímetros de largo por 10 de ancho. Ya os digo que podéis adaptar estas medidas a las que vosotros queráis sin problemas.
Lo primero que hay que hacer es recortar y coser los rasgos de Jake. Doblad la tira grande a la mitad, escoged un buen sitio para los ojos y a partir de ahí, montad el resto de la cara.
Necesitaréis dos ojos negros, dos ojos blancos, un morro del mismo forro polar amarillo y una nariz de fieltro negro. Aquí tenéis el patrón de las diferentes piezas, aunque es muy fácil dibujarlas a mano.
Cosed los elementos en este orden: primero los ojos negros, luego los blancos, después el morro y finalmente la nariz.
Cuando ya tengáis la cara preparada, pasad a montar la bolsa. Tenéis que poner las dos tiras más pequeñas a ambos lados de la cara de Jake. Creo que en la foto lo veréis más claro, pero se trata de generar volumen añadiendo las dos piezas pequeñas como laterales.
Poned muchos alfileres (o hilvanad) porque el forro polar es elástico y pierde la forma al coser. Así que aseguraos de tener bien cogidas las piezas antes de coser. Recordad que cosemos con la bolsa del revés para ocultar las costuras.
Cosed ambos laterales y ya tendréis la parte exterior de vuestra bolsa terminada. Yay!
Ahora vamos a hacerle un forro. Como la tela se deforma, hay que ponerle un forro de algún material rígido para que la bolsa aguante cualquier cosa. En mi caso usé una tela de algodón a rayas de IKEA. Podéis usar lo que queráis (una loneta, un algodón de patchwork, una sábana...) siempre que no sea elástico.
El forro podéis hacerlo siguiento exactamente el mismo esquema que la parte exterior (pieza larga y dos laterales) si queréis, pero yo usé otro método que me pareció más fácil y que ya hemos comentado en el blog en otras ocasiones.
Mi tela medía 76 centímetros de alto por 37 de ancho.
La doblamos a la mitad, con los derechos tocándose. Nos queda un rectángulo de 38 cm por 37 cm.
Cosemos los dos laterales y vamos a cuadrar las esquinas, como hemos hecho varias veces. Para ello abrimos la bolsa plana que hemos creado y emparejamos las costuras, con los derechos tocándose. Si seguimos la costura, al llegar abajo nos quedará así, como la altura de un triángulo:
Con una regla, marcamos un ancho de 10 cm. como base de dicho triángulo. Cosemos por la línea marcada y luego cortamos la tela que nos sobra.
Lo hacemos en las dos esquinas y tenemos una bolsa exactamente igual a la de forro polar, pero con otra técnica. ¿A que mola?
Ahora solo quedan los detallitos. Como las cintas regulables, que quedan súper chulas y profesionales, aunque son una tontería.
Las piezas que yo usé son estas:
Tengo cinta de mochila de nylon, una pieza que es como un cuadrado vacío y otra que es un cuadrado con una línea en el medio. Si tenéis cualquier bolso regulable, podéis echarle un vistazo y os quedará clarísimo cómo funciona.
Lo primero que hacemos es pasar un trozo pequeño de cinta de nylon por la pieza en forma de cuadrado vacío. Y enseguida fijamos la pieza a la cara exterior de nuestra bolsa de Jake de esta manera:
Luego preparamos la cinta. Cogemos uno de los extremos de nuestra cinta de nylon y lo pasamos alrededor de la pieza central del cuadrado relleno. Cosemos para fijar la cinta y nos queda así:
Pasamos el otro extremo de la cinta por el cuadrado vacío que ya teníamos fijo, y luego lo pasamos por los dos huecos del cuadrado relleno.
Fijaos en la foto; es importante que la parte "vista" de nuestra pieza quede encarada con la bolsa si ponemos la cinta recta. Así, cuando le demos la vuelta, quedará bien.
Ahora solo nos queda fijar el extremo libre de la cinta al otro lateral de la bolsa, asegurándonos de que la cinta no se retuerce sobre sí misma y queda recta y plana.
Le damos la vuelta al forro y metemos la bolsa amarilla y sus cintas, dentro de él. Los derechos se estarán tocando. Fijamos con alfileres y cosemos alrededor de la boca de la bolsa con mucho cuidado porque el forro polar es elástico (soy una pesada, pero hay que tenerlo en cuenta, que luego vienen los lamentos. Momento madre OFF).
Dejamos un trozo sin coser para darle la vuelta a nuestra bolsa.
Le damos la vuelta y... tachán...
Montamos la bolsa, le damos la vuelta para que el forro quede fuera y planchamos bien. Volvemos a poner la bolsa en su posición correcta y le hacemos un pespunte muy cerca del borde superior para cerrar el agujero y para que no se nos mueva el forro. Y ya está! Ya tenemos nuestra bolsa de Jake.
Ahora, evidentemente, estamos pensando en qué hacer con Finn. Que digo yo que tendrá que ser un estuche para llevar dentro de la bolsa de Jake, ¿no?
Espero que os haya gustado y que se entienda. Ya sabéis que si tenéis alguna duda solo tenéis que preguntar.