Características generales
La madera está sometida a cambios como dilataciones o contracciones, apertura de fibras por pérdida de humedad, cambios de tono, etc. Tenlo en cuenta a la hora de realizar el trabajo porque cualquier alteración en los productos utilizados para el acabado o en la ubicación del mueble puede provocar daños.
Una vez que hayas restaurado el mueble, procura mantenerlo en buenas condiciones (una mesa suele mojarse, decolorarse e, incluso, quemarse) protegiendo el acabado antes de su utilización.
Los productos que se emplean en la restauración no tienen la resistencia de los barnices sintéticos, aunque proporcionan un acabado mucho más natural y son más fáciles de retirar.
Mucho cuidado con los productos
Los materiales que se utilizan pueden resultar tóxicos. Por esta razón, lo mejor es trabajar en lugares ventilados y luminosos, además de usar mascarilla.
Conviene mantener los botes de productos cerrados, y tirar los algodones o trapos manchados en un recipiente de agua.
El arreglo de desperfectos debe hacerse una vez terminada la limpieza, antes de aplicar el acabado final. En muchos casos es necesario encolar piezas o rellenar grietas, para lo cual se utiliza masilla de cera especial en el tono adecuado.
Pasos que debes seguir
1. Protege la zona de trabajo con periódicos. Conviene que tú mismo te pongas unos guantes de goma, mascarilla y gafas protectoras.
2. Extiende el decapante sobre la mesa con una brocha en el sentido de la veta y déjalo actuar durante 10 minutos.
3. Retira la capa de barniz con la espátula. Si no puedes eliminar todos los restos, utiliza lanilla de acero y alcohol de 96º. Recuerda que debes trabajar siempre en el sentido de la veta.
4. Puedes limpiar los bordes y molduras con un cepillo de púas metálicas. En cualquier caso, una vez terminado este proceso conviene repasar la superficie con un paño y alcohol. Hay que eliminar todo el decapante.
5. Si al limpiarla, la madera muestra cambios de color, para igualarla debes aplicar un nuevo tinte al agua en las zonas descoloridas. Utiliza una brocha y una muñequilla de algodón para difuminar los contornos.
6. Cuando se haya secado el tinte, pule la superficie con papel de lija.
7. Utiliza una muñequilla de algodón para aplicar dos manos de tapaporos.
8. A continuación, también con una muñequilla, aplica una capa de cera sobre la mesa. El exceso retíralo cuidadosamente con un trozo de lanilla de acero.
9. Pasadas dos horas, frota la superficie con un cepillo de zapatos. Después, aplica una nueva capa de cera, y vuelve a pulir al cabo de una semana.