Hace poco un cliente nos encargó un modelo que pudiera entregarse en el menor tiempo posible. Inicialmente pensé en la plastilina polimérica horneable. Ya que da un alto nivel de detalle, permite trabajar texturas y es fácilmente moldeable al momento de moldear músculos y secciones internas para dar un look mas orgánico. Pero las cosas se complicaban ya que el cliente quería su trabajo en masilla francesa, aquí lo llamamos #porcelanicrom. Yo no era muy amigo de trabajar éste material porque es muy difícil mantener un volumen o una forma, requiere etapas de secado bastante largas y tiende a encongerse y agrietarse en ciertas zonas de detalle. Finalmente accedí a encargarme del proyecto.
Debo confesar que entender las propiedades del material fué un verdadero dolor de cabeza. Valoraba mucho las artesanías que veía por la calle y que fueron hechas con masilla francesa. Pensaba en la paciencia, meticulosidad de cada pieza hecha a mano y la cantidad de replicas que elaboran de un mismo diseño en las vitrinas. Si tan sólo la gente valorara el trabajo hecho a mano, éstos trabajos no serían tan baratos.
Comencé a trabajar sobre una estructura alambrada cubierta de papel vinipel tratando de dar una forma cercana a un globo. Luego comencé a poner porciones del material de manera desordenada tratando de encontrar una forma por donde pudiera comenzar a modelar algo concreto. Pasé horas enteras dando vueltas a la maqueta y ni siquiera le encontraba una nariz. Normalmente empiezo por la nariz ya que desde esa referencia puedo agregar el maxilar inferior y calcular las proporciones de la boca, pómulos, ojos, frente, etc. Pero nada. No lograba nada.
En un momento casi de desesperación y ante la premura del tiempo puse indiscriminadamente algunas porciones del material en la nariz, boca, y frente. Observando un poco, ya había algo de forma. Es extraño cuando sientes que la misma obra empieza a hablarte. Es como si te dijera donde hay que agregar o sustraer material hasta dar forma a cada volumen que tienes en tu cabeza. Poco a poco el modelo empezó a crearse. Digo crearse porque es un dialogo que entablas con tu trabajo; Tenía algunas referencias de dibujos de Leonardo da Vinci, me encantan sus estudios de anatomía aunque al final sentí que parecía haberme insipirado mas en El Greco. Me encanta la obra de El Greco, sus personajes pálidos y enfermisos parecen haber inspirado a algunos personajes de las cintas de Tim Burton.
A medida que iba avanzando en mi trabajo, encontré que en cierta forma es un material que se deja trabajar siempre y cuando se evite al máximo que se adhiera a los dedos o a las herramientas de tallado. había comenzado con unas que utilizo en madera pero accidentalmente las unté de aceite y ví que pasaban sobre la superficie sin dejar rastro, Este descubrimiento agilizó mi trabajo y lo facilitó bastante. Luego probé con una cuchara metálica y funcionó mucho mejor.
En conclusión descubrí que la masilla francesa permite dar cierto nivel de detalle en la medida que se trabaje con un poco de aceite en las manos del escultor y que las herramientas de tallado que se vayan a utilizar sean metálicas ya que evitan que se quede pegado el material restando calidad a los detalles cuando se trata de dar formas especificas sobre cada superficie.
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