Como ya sabéis, a mi me gusta una fiesta más que a un tonto un lápiz, y no quiero desaprovechar esta oportunidad para compartir con vosotros mi debilidad por los disfrazes, los monstruos y, por supuesto,...¡la comida!
Como viene siendo normal por estas fechas, los supermercados están abarrotados de calabazas, zanahorias, especias y demás productos de temporada. A mi las calabazas me pirran: son dulces, suaves, coloridas y encantan a todo el mundo. En crema, a la plancha, cruda...me la como de todas las formas posibles.
Por su color, podemos afirmar que tiene unas propiedades parecidas a las de las zanahorias: son ricas en carotenos, que una vez ingeridos, nuestro organismo asimila convirtiéndolos en vitamina A y C, esenciales para la vista y la circulación. Además, se está investigando aún, pero puede afirmarse que los carotenos que tienen las calabazas inhiben el desarrollo del cáncer.
Y después de un poquito de culturilla general, ¡vamos con la receta!
Para comenzar, hice una mezcla de especias (mis favoritas): canela, clavo, jenjibre y nuez moscada. Si alguna de las anteriores no te gusta o te da algo de alergia, puedes omitirla.
Las cantidades que puse son:
-2 cucharaditas de canela en polvo
-1/2 cucharadita de nuez moscada
-1 cucharadita de jenjibre en polvo (OJO con el jenjibre, que si te pasas, tu pastel sabrá a colonia!)
-1/2 cucharadita de clavo
A esto, añade una pizquita de sal y una cucharadita de bicarbonato sódico.
Para la siguiente parte necesitarás todo esto:
Pon el horno a precalentar (esto es importante!) a unos 180º C.
Cuece la calabaza, déjala enfriar un poco y haz unos 350 gr de puré.
Tamiza las especias, la sal, el bicarbonato y la harina.
Bate los huevos y añade poco a poco el azúcar. Verás que empieza a tomar un color blanquecino. ¡Perfecto! Eso es lo que estamos buscando!
Ahora, añade poco a poco también el aceite, y después, el puré de calabaza. Sigue removiendo.
Ve añadiendo la mezcla de harina y especias (despacito, muy poco a poco), asegurándote de que se mezcla todo muy bien.
Ahora, es momento de engrasar nuestro molde y verter nuestra masa dentro.
Yo horneé durante unos 70 minutos, pero cada horno es un mundo, así que asegúrate de, a partir de los 55 minutos, ir pinchando con un palillo y comprobar la cocción.
Una vez listo, colócalo sobre una rejilla y déjalo enfriar.
Yo utilicé azúcar glass para decorarlo un poco, pero creo que un frosting de queso muy suave le debe ir genial!! (a la siguiente lo pruebo así).
Como siempre, os dejo también el video para que veáis el proceso. Está deliciosa, no dudéis en hacerla. Yo, fijo que antes de que acabe la semana la vuelvo a hacer!! Mmmm....
Y vosotros...
¿Os gusta la calabaza?
¿Celebraréis Halloween como es debido?
¿O sois de los que os da vergüenza disfrazaros?
[Siéntete libre de comentar tus pensamientos, dudas, sugerencias...]