Lo se, soy rara, pero es que las magdalenas, ya de por si, no me gustan demasiado (y los cupcakes para mí son magdalenas con pretensiones). Encuentro que, con la repostería tan maravillosa que hay, los cupcakes son simplemente variaciones de magdalenas (mi hijo para pedirme que le hiciera cupcakes para decorar me preguntó si yo sabría hacer "magdalenitas americanas).
Pero una cosa hay que decir a favor de los cupcakes, y es que son muy entretenidos, tanto como jugar con plastilina. Porque, en realidad, lo mejor de los cupcakes son los adornos de Fondant de Colores.
En realidad mis cupcakes no tienen misterio, porque la masa está hecha con una máquina de minicupcakes (considerando a como está la electricidad y lo que cuesta encender el horno la máquina sale tirada).
En las instrucciones de la máquina viene la receta de una masa para cupcakes (en realidad sólo lleva 150 g de mantequilla, 150 g de azúcar, 150 g de harina con levadura y 3 huevos), a la que le he añadido esencia de naranja.
El fondant de colores está comprado en Aldi. Una parte es de frutas y otra de mazapán (vamos, azúcar puro). El de frutas se extiende mejor que el de mazapán, y sabe mejor (es menos dulce y tiene mucho sabor a fruta).
La forma de adornar es, simplemente, jugando como haríais con plastilina.
Yo tengo unos moldes de flores y otros de mariposas (de esos con expulsor, comprados en la tienda Casa y en un bazar). Para los círculos se pueden usar tapones de botellas, moldes de galletas, etc.
Estos cupcakes los hemos hecho con unas amigas de mis hijos, y nos hemos entretenido un montón.
Las mariquitas han sido idea de un amigo nuestro (gracias, Manolo) y han quedado muy graciosas.
Una de nuestras colaboradoras es una fanática de los búhos, así que hemos hecho nuestra versión.
Las flores y las mariposas siempre quedan bien, y con los moldes con expulsores se hacen estupendamente. Como centro podéis poner bolitas de fondant o cualquier decoración que os apetezca (por ejemplo, los ojos de las mariquitas son perlas de azúcar). Las hojas están hechas al estilo tradicional (es decir, cortando y marcando con un cuchillito los nervios de la hoja).
Y los cerditos están hechos exactamente como los hariamos con plastilina, y nos encantan a todos, al igual que las setas.
Lo divertido del fondant es experimentar, así que hemos hecho un cupcake con lunares (simplemente como se hace con la plastilina, poniendo bolitas de un color sobre otro y pasando el rodillo), y hemos creado un osito con manchas negras.
Vamos, no serán los cupcakes más estilosos del mundo mundial, pero para ser principiantes estamos encantados (pero sigo sin entender la moda cupcake tan cursi y tan extendida entre los adultos, será porque yo no soy nada dulce).