Este es uno de los juguetes de mi infancia: los molinillos de papel. Mi padre me enseñó como se hacían, igual que las pajaritas, los barcos y los aviones de papel.
Puede que creáis que este tipo de juguetes ya no tienen interés para los niños, pero yo creo que los molinillos son mágicos y que si los ponéis en las manos de un niño, no podrá evitar ponerse a correr para ver como se mueve…
Para hacer molinillos necesitáis papeles de colores, tijeras, una regla, pegamento, un alfiler largo, una varilla de madera y un trocito de goma de borrar.
Se utiliza un papel cuadrado y con una regla se dibujan dos líneas desde cada esquina a la de enfrente. El punto donde se cruzan las dos líneas es el centro y desde ahí se marca un círculo con un compás.
Cortamos las cuatro líneas diagonales hasta el círculo.
Vamos doblando las esquinas y atravesándolas con el alfiler.
Hasta que juntamos las cuatro y tenemos formado el molinillo. Ahora hay que atravesar el papel por el centro para clavar el molinillo sobre la varilla de madera.
La varilla que yo he utilizado es de las que se usan para los pinchos morunos y para poder atravesarla con el alfiler, previamente le hice un agujero con ayuda de un punzón.
Como el alfiler sobresale de la varilla por la parte de atrás del molinilllo, se pincha un trocito de goma de borrar para evitar arañazos.
Pero los molinillos no sólo sirven para jugar, también los podemos utilizar en casa para decorar
o en el jardín para dar color a un macizo verde.
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