Estoy segura que encantará a más de una tejedora como yo, de las que conservamos montañas de restos de lanas de colores.
Materiales:
- Un tubo de cartón del interior del film transparente de cocina (es un cilindro más estrecho que el del papel aluminio y de consistencia más firme).
- Cola blanca, regla, lápiz, tijeras, cuchillo, pequeña broca, aguja lanera, palillos, papel de lija.
- Restos de lana de colores.
- Cordón y abalorios de madera (u otros que tengáis) para combinar.
Lo primero será marcar con la regla y el lápiz sobre el tubo de cartón, el tamaño del que queremos nuestros pequeños abalorios cilíndricos. Hacemos varias marcas alrededor que nos servirán de guía para cortar después con un cuchillo. El corte es sencillo con un poco de paciencia, volteando a la vez que cortamos para no deformar con la presión y para evitar torcer el corte.
No obstante, si nos hemos torcido, lo podemos corregir sobre el papel de lija el papel de lija e igualarlos.
Con una pequeña broca u otro objeto punzante agujereamos a ambos lados (diámetro suficiente para el cordón que hayamos elegido).
El paso siguiente y más laborioso será cubrir el cartón con la lana. Lo vamos haciendo por partes, encolando (cola blanca) y rodeando con trozos de lana de diferentes colores, asegurando bien el principio y final de la hebra por debajo de la siguiente para que quede firme y pegando bien cada vuelta a la anterior y al cartón para que no se vean huecos.
Como es un tubo estrecho, nos podemos ayudar de un ganchillo para pasar la hebra por adentro si resulta difícil con los dedos. Como tenía lanas diferentes, con algunas dividí las hebras para trabajar con ellas e igualar grosores.
En la foto veis que me aseguré de dejar marcados los agujeros con un palillo porque al cubrir con la lana se nos pueden perder ( movemos el palillo a uno y otro lado para que no se pegue).
Después les pasé un hilo y los dejé secando colgados hasta el día siguiente.
Podéis elegir entre mantener la apariencia original de la lana o darles un baño de látex diluido (o cola muy diluida) que les aporta consistencia y un pequeño brillo como de escarcha.
Finalmente, ya sólo os queda rebuscar entre los abalorios. Al ser colorido, estoy segura que encontraréis unos cuántos para un perfecto combinado.
Después de probar varias combinaciones sobre la mesa, me decanté por el verde.
No os precipitéis a montarlo, os tiene que convencer visualmente.
Para enhebrar los abalorios en el cordón, una buena idea es endurecer una de sus puntas con pegamento firme y así conseguimos que el propio cordón funcione como si llevase una aguja incorporada. ¿Qué os parece?
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Os espero!!