Una cosa que no sabíais de mi es que me encanta tejer. Tanto punto como ganchillo. Y esta afición la he heredado de mi abuela Loli, la madre de mi madre. Recuerdo que cuando era una niña de 6 o 7 años me dibujaba en un cartón de una caja de galletas o cereales una casa, un sol o cualquier otro motivo infantil. Después yo le hacia agujeros con un punzón por todo el contorno y con una aguja de lana, con punta redonda, bordaba con lanas de colores sobre el cartón. Más adelante me enseñó a hacer cadenetas de ganchillo y yo arrastraba metros y metros de cadeneta detrás de mi, de una habitación a otra. Después aprendí a hacer quilts, y mi madre y yo hicimos una manta con los restos de lana de colores que nos dio mi abuela dentro de un cesto enorme. Creo que lo que más me costó aprender fue el punto con dos agujas, pero también fue mi abuela mi maestra y la que “remendaba” los grandes agujeros que me quedaban en la labor al haber perdido un punto (o varios).
El caso es que no he dejado de tejer al ir haciéndome mayor, al contrario. Con Internet he ido perfeccionando mi técnica, aprendiendo nuevos puntos y patrones e inspirándome. Además, cada vez me gusta más y le veo mas beneficios. Me relaja y quita el estrés, me entretiene en los largos viajes de coche Madrid-Málaga, es una actividad que puedo hacer mientras veo la tele, escucho música, charlo o simplemente pienso en mis cosas. Y además la gratificación personal que se siente al crear algo bonito y útil con tus propias manos es tan grande que se convierte en una especie de droga…siempre quieres mas!
Por todo esto que os he contado se me ocurrió que podría hacer este colgante, y cuando vi lo rápido que era y lo bien que quedaba, me lancé a hacer otro para regalarle a mi abuela, a la que voy a ver en unos días. Es una abuela tan moderna y original que estoy segura de que se lo pondrá incluso más que yo.
Se trata de un DIY muy sencillo y rápido. Consiste en una cadena con un colgante que es un mini ovillo de lana y unas “agujas de punto” hechas con clavos. No penséis que estoy loca, os prometo que queda genial.
Para realizarlo he utilizado lana, cuentas de cristal, clavos, una cadena, un cierre de collar, 3 arandelas para unir el cierre y el colgante a la cadena, tijeras y pistola de silicona.
Lo primero que he hecho ha sido montar mi collar con la cadena y el cierre que he comprado en una tienda donde venden materiales para hacer bisutería. Me he ayudado con las tijeras para cortar la cadena al tamaño que me gustaba y para abrir y cerrar las anillas.
Después he pegado en la parte plana de dos clavos una cuenta de cristal con la silicona caliente.
El siguiente paso es formar nuestro mini ovillo del color que más nos guste. Hay que ponerle un poco de mimo para que quede una forma bonita.
Y me ayudé con unas gotitas de silicona caliente y los dedos para que el cabo de la lana quedara bien sujeto y escondido.
Una vez hecho mi ovillo le clavé las “agujas de punto” intentando que se viera la parte mas bonita.
Y por último abrí una de las anillas y la enganché en el ovillo justo entre las dos agujas. Después metí la cadena dentro de la anilla y terminé mi colgante.
Como ya os he comentado antes, en cuanto vi el resultado me puse manos a la obra con otro para mi abuela.
Como veis es muy sencillo y casi todos los materiales los tenia por casa. Me encanta encontrarme con un trozo de tela o de madera en un cajón y que se me venga inmediatamente una manualidad para hacer con ella. La inspiración es así, viene cuando menos lo esperas.
Espero que os guste mi paso a paso, y si tenéis alguna duda, sugerencia o petición nos lo comentéis…¡somos todo oídos… digo ojos!