Pues nada, que se nos termina otro año más. Hay que ver cómo pasa el tiempo, eh. Yo sigo con la racha rara con el blog, no consigo coger carrerilla y no será por no tener cosas para enseñaros, que tengo mi Drive a tope con carpetas de fotos de proyectos que aun no os he enseñado por aquí. Sigo con mi propósito de ponerme al día con el blog, aunque está claro que no estoy teniendo mucho éxito con este propósito. A ver si poco a poco voy sacando ratitos para sentarme a escribir. Y si no, pues habrá que resignarse y nos tendremos que conformar con la versión reducida que os enseño en Instagram. No es lo mismo, lo sé, a mí me encanta enrollarme y contaros mil anécdotas aquí, pero el tiempo es el que es y no se puede estirar. A ver, viendo el número de publicaciones no me he prodigado mucho este año, no hay muchas, pero sí hay más que el año pasado, dos más. No es para echar cohetes, pero sí es un cambio de tendencia, el número de publicaciones anuales ha dejado de disminuir. Eso debe ser una buena señal, ¿no? Sí, tiene que ser una buena señal. Aunque viendo el número quizá no sea tan buena, 13 publicaciones. Trece, mal número si no crece.
En fin, dejemos de lado supersticiones y disertaciones que no nos llevan a nada, vamos a lo que vamos, que después de varias publicaciones de muñecos, llaveros, y cositas varias de ganchillo, hoy toca chal, más concretamente hoy toca Chal Jujuy de Joji Locatelli.
Creo que ya lo he comentado alguna vez, pero por si hay alguien nuevo por aquí, lo vuelvo a decir. Yo no soy de chales. No soy muy estilosa a la hora de llevar este tipo de prendas. He descubierto que me encanta tejer chales, pero lo de usarlos ya me cuesta un poquito más. Suelo ir a lo práctico y cuantas menos capas mejor, que es más rápido para entrar y salir. Yo lo intento, los tengo en el armario y de vez en cuando, cuando me acuerdo, cojo alguno antes de salir de casa. No los uso mucho, la verdad. Pero como sí me gusta tejerlos pues los regalo.
Este chal que os enseño hoy fue un regalo. Hay veces que la vida pone en tu camino personas maravillosas, personas que valen mucho la pena, personas dispuestas a ayudar, personas que siempre tienen una palabra agradable, un gesto, una sonrisa, ... Este chal fue un regalo para una de esas personas.
Tejer este chal fue una gozada. Es un proyecto muy ameno, de esos que sin ser muy complejo te mantiene atenta con detalles para no caer en la monotonía y el aburrimiento de tejer en modo automático.
¿Sabéis lo que es un KAL? No sé si se le puede llamar palabra, pero bueno, eso de KAL viene del inglés, de Knit-ALong. La idea es que varias personas tejan un mismo patrón al mismo tiempo. No es necesario que esas personas estén juntas físicamente, cada una teje cómodamente desde su sillón. No es una clase de punto, aunque lo bueno de tejer en compañía es que sabes que tienes a alguien ahí para comentar tus avances, tus dudas, ... Tejer en compañía mola. Cada KAL tiene sus propias reglas, se suele fijar uno o varios patrones a tejer y un plazo de tiempo. Unas veces hay premio al final y otras veces la idea es tejer por el simple placer de tejer.
Este chal es el resultado de mi participación en el Joji Fall KAL 2021. Joji organiza todos los años un KAL llamado Joji Fall KAL. Si no recuerdo mal, este KAL dura 3 meses (septiembre, octubre y noviembre) y durante ese tiempo puedes tejer cualquiera de sus patrones. Hay varias categorías, una de jerséis, otra de chales, etc.
Yo participé en la categoría de chales con el Jujuy. Aquí podéis ver fotos de mis avances.
Va empezado en el centro del borde largo con un montaje de lengüeta de punto bobo para chales. A partir de ahí se teje en punto bobo y se van haciendo aumentos con caladitos. Tras esa sección en punto bobo viene una sección calada preciosa. Es una puntilla simple, sin pretensiones, le da un toque delicado al chal sin que quede recargado o ñoño. Luego viene otra sección de punto bobo, esta vez a dos colores, seguida de otra sección calada. Y otra vez punto bobo para introducir el tercer color y cierre de picots.
El chal está tejido con Katia Concept Silky Lace, que es un hilo de grosor lace con un colorido precioso. Los colores que usé son "Beige (151)", "Teja (168)" y "Granate (176)".
Si queréis conocer las cantidades exactas de cada color podéis consultar mi página de Ravelry para este proyecto: Jujuy - cHLyB.
Me gusta mucho este hilo, el tacto, el colorido, la caída para chales, ... De hecho lo usé para otro chal hace tiempo, el chal Good Vibes, ¿os acordáis? ese es uno de los chales que sí uso, me encanta, y no pesa ni ocupa nada por lo que es un candidato ideal para llevar en el bolso para por si, jeje.
Pues nada, os dejo ya con el reportaje fotográfico para que lo podáis ver desde todos los ángulos. Preparando esta entrada me he dado cuenta de que no tengo ninguna foto con el chal puesto. Creo que en todas las demás publicaciones de chales tengo alguna foto en la que aparezco yo, pero esta vez nada de nada, ni el chal colocado en una percha para ver el efecto de cómo quedaría puesto. Pero claro, con ese azul maravilloso del cielo y esos tonos verdes del follaje de los árboles, ¿quién me iba a querer ver a mí en las fotos?
El patrón del Chal Jujuy es de Joji Locatelli, es de pago y lo podéis encontrar en Ravelry:
Patrón chal Jujuy (Joji Locatelli)
Si buscáis inspiración para tejer podéis ver más versiones de este chal en Ravelry, consultando los proyectos enlazados con el patrón, y en Instagram, buscando el hashtag #jujuyshawl.
Y si os apetece cotillear qué otro chales he tejido podéis buscar en la categoría chal del blog, ahí os deberían salir todos mis chales publicados.
Enlazado con: Handmade Monday #307, Wednesday Link Party 483
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