Os cuento un poco de esta gran pueblo que menuda historia tiene.
Cariñena pertenece a la Comarca del Campo de Cariñena situada a 47 km de Zaragoza.
Con una población de 3572 habitantes a los que se conoce como cariñenense.
Es una ciudad con un rico patrimonio artístico como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, levantada sobre las ruinas de la antigua colegiata. Su torre-campanario de estilo gótico levantino de carácter militar, su ayuntamiento de estilo renacentista, la Ermita de la Virgen de Lagunas, de estilo barroco y elementos mudéjares.
También es importante su patrimonio bodeguero relacionado con la tradición vitivinícola de la ciudad, junto con el Museo del Vino, actual dependencia del Consejo Regulador.
La ciudad da nombre a la Denominación de Origen de Cariñena, la más antigua de Aragón.
Cariñena estuvo bajo el dominio de los musulmanes hasta 1119 cuando fue conquistada por Alfonso I el batallador.
Estas tierras son de frontera y de mestizaje. Por estos motivos, había que repoblar estos lugares después de la conquista, el rey Alfonso I el Batallador concede una carta-puebla a un supuesto noble, Pedro Ramón, para ejercer esta potestad en Cariñena en 1124. Más tarde, continuará esta labor Ramón Berenguer IV, gobernador de Aragón y conde de Barcelona, que concede el Fuero de Daroca en 1142, y que pudo afectar también para el reparto de tierras en Cariñena.
En este territorio convivieron cristianos, judíos y musulmanes.
Cariñena se convirtió en un lugar de negociaciones durante la guerra de Pedro IV contra la Union, entre el rey y el Justicia de Aragón.
Durante la guerra entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, también llamada Guerra de los Pedros, Cariñena fue tomada por el Rey de Castilla por la fuerza de las armas. Por la heroica resistencia y la lealtad de los cariñenenses a la persona del rey, este le concede el uso de un blasón, que después será el escudo de Cariñena, que recordase para siempre el sangriento suceso.
En la Guerra de Sucesión, Cariñena fue partidaria del archiduque Carlos de Austria. Felipe V fue proclamado rey y juró los Fueros en la Seo de Zaragoza.
La dinastía borbónica siguió con la costumbre de visitar Cariñena, y así lo hicieron Carlos III, Carlos IV y Fernando VII.
En el año 1909, Alfonso XIII nombra a Cariñena ciudad, por su importancia histórica y adhesión a las instituciones.