Las lanas eran finas y lo que hice fue hacer madejas juntando 5 ó 6 hebras para conseguir una de mayor grosor. Tejer con varios hilos a la vez complica la faena porque se hace más difícil engancharlos todos para pasar un punto por encima de otro sin que se nos suelte alguno (con una hebra única es mucho más sencillo), pero si ya me conocéis un poquito, lo mío son los retos...y el reciclaje por supuesto.
Y otra imagen de la misma posando con abrigo sobre mi maniquí. Por cierto, os acordáis del maniquí artístico y la que lié para hacerlo a medida. Si os lo habéis perdido podéis cotillear de nuevo clicando AQUÍ
Al final la rematé todo alrededor con el ganchillo. De ese modo quedan más firmes el inicio y final y también se cubren los nudos que vamos haciendo para cambias de color.
En la siguiente entrada os dejo los apuntes que me he hecho con diferentes esquemas de puntos para tejer con este telar.
Esta bufanda en concreto está tejida con el que llaman PUNTO BARRA, aunque para empezar aconsejo el punto inglés o el punto cruzado en los que se van enlazando todos los pivotes seguidos en zig-zag y es menos complicado.
Para comenzar hacemos igual que con el telar redondo, dos veces la misma pasada con la hebra (siguiendo el esquema que hayamos elegido, ver siguiente entrada) por todos los pivotes del telar. Con ello los cubrimos dos veces y ya tenemos dos puntos superpuestos para tejer subiendo el de abajo por encima del de arriba. En las siguientes vueltas basta hacer una pasada completa de bucles por encima de los pivotes con la hebra y sobre ellos trabajamos subiendo los puntos de la vuelta anterior.
Al tejer los puntos más flojos que con las agujas y a ambos lados queda un tejido doble de consistencia suave, muy agradable al tacto.
A continuación os muestro uno de mis pequeños vídeos caseros con la experiencia.
Y las próximas obras ya serán con mi telar de fabricación propia.