Como las lanas que empleé no eran muy gruesas el tejido queda bastante ralo pero con lana de mayor grosor quedará más compacto. (También lo podemos lograr si hacemos las vueltas dobles).
Y ahora os muestro unas imágenes con el procedimiento:
El disco trae un pivote lateral en el que se fija inicialmente la hebra y también la dejamos sujeta temporalmente al final de cada vuelta (cuando ya hemos tejido un poco, soltamos la hebra inicial). Con la lana vamos rodeando cada pivote vertical haciendo bucles de uno en uno como veis en el vídeo. La primera vez se hacen dos vueltas completas, las siguientes se hace una, que se superpone a la de los puntos anteriores del tejido que ya tenemos (o dos si lo queremos doble para que salga más grueso). Empujamos un poco hacia abajo los puntos de antes para que no se agolpen.
Después fijamos la hebra con un bucle dado la vuelta para apretarlo y que quede tenso en el pivote lateral y nos ponemos a trabajar con el gancho que viene incluido y nos permite ir montando cada punto de abajo sobre el de arriba (como veis, los pivotes tienen una ranura que facilita la labor porque permite al gancho introducirse y deslizarse, han pensado en todo...).
Terminada la vuelta, desenganchamos la hebra que nos esperaba y seguimos el proceso vuelta a vuelta de la misma forma.
Como quería rayas, cada cinco vueltas fui cambiando de color.
Al final, se remata con una aguja de lana (también viene incorporada), cortando una hebra larga y pasándola por dentro de cada uno de los puntos antes de sacarlos de los pivotes.
Se puede hacer un remate más consistente con aguja o ganchillo o introducir una cinta por ej., ahí ya depende de las habilidades de cada una y lo que le queramos dedicar.
Si hacemos un dobladillo al principio y fruncimos el final, tendremos un gorro para añadir al conjunto.
Como veis, más fácil imposible.