Hemos pasado un finde de lo más entretenido haciendo manualidades. La última ha sido la botella de la calma. Pensaba que la haríamos de color azul porque Frozen está muy presente en njuestra casa, peeeeero en contra de todo pronóstico ha sido el rosa el color por excelencia.
Hemos hecho varias pruebas, con aceite de bebé y cola blanca pero han sido un fracaso absoluto así que nos quedamos con esta última que ha salido muy chula y que nos ha encantado.
Mucha gente ha realizado estas botellas de la calma a raíz de la lectura del “Monstruo de colores” pero verdaderamente tiene su origen en María Montessori quién ideo esta botella para calmar a los niños/as que sufrían un lloro inconsolable haciéndoles centrar su atención en el mismo al ver caer los objetos que se encontraban en su interior, canalizando de esta forma su llanto y haciendo que se calmaran.
Os dejo el vídeo con el resultado y la “receta” aunque a continuación también la podéis ver escrita.
Materiales:
Botella de plástico transparente, en su defecto buscarlas de colores acorde con la purpurina o tarros de cristal.
Agua caliente.
Cola transparente, ojo con la blanca no funciona, queda espuma y densa, al menos es lo que nos ha pasado a nosotras.
Purpurina del color deseado.
Silicona caliente para sellar el tapón.
Para todo el proceso he utilizado el embudo porque es más fácil echar todos los elementos en la botella, ya que el cuello es estrecho, y podríamos derramar todo.
Llenamos la botella de plástico, o el tarro de cristal, con agua caliente hasta la mitad del recipiente (os aconsejo no llenarlo más porque os costará remover después la cola).
Añadimos 3 cucharadas soperas de cola transparente y removemos bien para que se disuelva, de ahí la importancia de que el agua sea caliente.
Ahora ponemos 3 cucharaditas, de las de café, de purpurina del color que más os guste, mi peque eligió el rosa, así que rosa a tutiplén, volvemos a remover bien. En este paso hemos ardido estrellaras de colores, porque le daba un toque chuli y la velocidad en que se mueven es diferente a la de la purpurina.
Por último acabamos de rellenar con agua la botella. Al haber usado un embudo favorecemos que caiga la purpurina que se haya quedado pegada.
¿Qué os parece el resultado? ¿Vosotr@s habéis hecho alguna?