Empecé por una limpieza y un buen lijado, lo más difícil fueron los cuadrados laterales de la tapa y el frente, porque son trenzados y no conseguí que quedaran del todo bien. Y luego un par de capas con dos tonos de barniz en las diferentes texturas. Por último lijé también el cierre y las bisagras para quitar el óxido y les di una capa de barniz. ¡Y a montar de nuevo!
Aquí os dejo el antes y el después, a ver qué opináis.