Compañeras, ¿creen les gustaría que grabara los blogs en vídeo? Me da mucha pena hacerlo, pero creo que sería más fácil platicar con ustedes y mostrarles lo que quiero que vean, así que no sé, díganme.
Sucede que los domingos y los martes son días de "placita" que es como un mercado donde puedes encontrar casi de todo. El domingo pasado, iba con la intención de comprar unos hilos para bordar y tejer, cosa que nunca ocurrió, pues llegue con el pie equivocado. Primero, compré unos audífonos, pues no estaban en la lista pero quizá los necesitara pronto.
Luego, tenía la idea de hacerme otra vez (como cuando niña) con unos muebles para Barbie, para mis fotos, o sólo por tenerlos, porque me dan muchas ganas de comprar muebles de madera de los que hay para Corpus Cristi porque los niños ya no juegan con esas cosas y bueno, hay que consumir. El caso es que no me decidía, porque la sensatez estaba de mi lado. Hasta que encontré una señora muy amable y compré esta salita, ¿para qué? No sé, pero quería comprarle algo porque era muy amable. Y es aquí donde ustedes se dan cuenta de dos cosas: 1 estoy loca, y 2 soy el tipo de personas que compra algo por la persona que vende y no porque quiera el producto.
Ahora Daysi tiene una sala nueva, aunque ella más bien quería una cocina o un comedor, y yo tengo que tunearla con unos cojines y un poco de pintura y barniz. Supongo que de esto haré un post.
Ya llevaba mi primer compra de arrepentimiento, por 70 pesos (1 euro = 22.75 pesos mexicanos el día de hoy). Caminé dos pasos y mi mamá estaba en el suelo viendo trocitos de tela y ahí voy yo también, diciendo ¡mira qué bonita! Con cada una que levantábamos del piso, así vi una tira de imitación cuero por 30 pesos que estaba algo gruesa y que según yo me serviría para una bolsa, el asa de una bolsa, el fondo para unos vídeos o unas plantillas para mi mamá, o todo junto porque está grande, o nada porque está gruesa y no podré cortarla sin desesperarme a los cinco minutos.
Pero además de mi gloriosa tira de cuero falso encontré otra de flores pequeñas y cafés que serviría para tapizar mi nueva sala de Daisy imitación cuero, pero más delgado y el 15 pesos.
Ya me iba con mis compras, algo arrepentida pero bien, cuando el señor vendedor, identificando a una compradora compulsiva al verla, nos enseño un paquete de telas que vendía cerrado por 150 pesos. (6.59 euros, 8 dolares), eran todas esas telas que él no había visto ni abierto por 150 y yo pensé ¡material para manualidades! Y a la vez ¡no, no lo necesitas, odias coser! Pero después de unos cinco minutos y algunos pasos en falso, terminé comprándola.
Ya en casa pude ver que era lo que contenía mi valiosa bolsa. 71 trozos de tela en diferentes tamaños y colores. Pensamos que son merma de alguna tapicería, porque son telas gruesas para cojines, algunas estampadas, otras muy sobrias, pero gruesas, gamusa, imitación piel, terciopelo. Si hacemos la cuenta, cada una me costó unos 2.11 pesos, y por un euro de mis compis españolas, equivaldría a 10 trocitos de tela. Ahora lo que toca es descubrir qué haré con ellas, pues todo lo que pensaba mientras las veía, era en bolsas y fundas para la tablet, o más forro para los muebles inexistentes de Daisy.
Ayúdenme, ¿qué puedo hacer con esta compra? ¿Ustedes también son compradoras compulsivas de material para manualidaades?
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Mi rincón en la cocina
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