Alfarería es el arte de elaborar objetos de barro o arcilla y, por extensión, el oficio que ha permitido al hombre crear toda clase de enseres y artilugios domésticos a lo largo de la historia. En el Occidente culturalmente tecnológico la alfarería popular, cacharrería ruda y evocadora obra de artesanos barreros, ha pasado en gran medida a convertirse en artículo decorativo y de coleccionismo y en materia de interés etnográfico, sumado a su valor arqueológico.
La industria alfarera, además de la vajilla y la cacharrería, abarca la azulejería sencilla, la tejería, la ladrillería y la fabricación de baldosas sin esmaltar.
Popularmente, alfarería es sinónimo de cerámica, si bien suele denominarse y aplicarse el término cerámica a un conjunto de técnicas más depuradas en que intervienen varias cocciones de la pieza, esmaltados más sofisticados y decoración más fina.3 Otras técnicas cuyos términos se asocian a la alfarería y la cerámica son la loza y la terracota.
Técnicas de modelado
Existen tres categorías básicas:
*Modelado a mano:
Las técnicas manuales son las más primitivas, donde las piezas son construidas mediante el estirado de la pasta en rollos, placas o bolas de arcilla, generalmente unidas mediante la preparación de arcilla líquida llamada barbotina.Una vez acabada la pieza, la superficie se alisa con la misma mano humedecida. Nunca dos piezas de cerámica trabajadas manualmente serán exactamente iguales, por lo que estas técnicas no son las más apropiadas para hacer juegos de piezas idénticas, como por ejemplo vajillas de cocina, juegos de café, de licor, etc. Esta técnica permiten al ceramista usar su imaginación y crear diferentes piezas artísticas. El modelado a mano era una técnica utilizada por los pueblos primitivos y aún se encuentran numerosos artesanos que trabajan maravillosamente, tales como los alfareros de los indios Pueblo, las tribus de África central y del sur, los aborígenes australianos, Japón y toda el Asia oriental. En España podemos encontrar zonas donde se elaboran este tipo de vasijas del modo tradicional, como en Galicia, Asturias y el alto Aragón.
*Modelado a torneta:
Llamado también «torno lento», es un artefacto formado por un pivote y una rueda, que impulsado por la mano produce un movimiento de rotación discontinuo, con lo cual se facilita el trabajo manual, ya que actúa como mesa giratoria, muchos autores están de acuerdo que este tratamiento se puede considerar un trabajo de «modelado a mano», ya que el movimiento giratorio siempre es intermitente y se tiene que ir modelado manualmente, salvo que tenga la colaboración de un ayudante que impulse la rotación a la torneta,en este caso es cuando se denomina «torno bajo».
*Modelado a torno:
Llamado también «torno rápido», es muy común que las piezas hechas en torno sean terminadas manualmente. El torno de alfarero es la técnica más utilizada para la creación de piezas en serie. En la actualidad también es empleado para hacer piezas singulares o artísticas. Este método es empleado desde el año 5000 a. C. en el Antiguo Egipto, Oriente Próximo y Asia. En la Península Ibérica llegó hacia el siglo VIII a. C., de mano de los fenicios, si bien existen cerámicas a torno más antiguas importadas de otras zonas del Mediterráneo. Para trabajar con él, se coloca una bola o pella de arcilla en la rueda del torno, el cual es impulsado por el pie del alfarero que lo hace girar. La rueda gira velozmente mientras la arcilla es presionada de una manera determinada para que adquiera la forma deseada. El trabajo con torno requiere una gran habilidad técnica, pero un alfarero habilidoso puede producir muchas piezas casi idénticas en poco tiempo. Actualmente se utiliza más el torno eléctrico que requiere menos esfuerzo. Debido a su naturaleza, los trabajos mediante el empleo de torno son casi exclusivamente piezas con simetría radial respecto de un eje vertical. Estas piezas pueden ser decoradas mediante la creación de diferentes texturas sobre su superficie al objeto de hacerlas visualmente más interesantes. Muchas veces, las piezas creadas en el torno son modificadas manualmente, agregándole asas, tapas, pies, picos y otros aspectos funcionales.
*Modelado al vaciado o con el uso de molde:
La técnica de vaciado o a molde, es probablemente la más apropiada para la producción en serie (industrial). La arcilla líquida es vertida en un molde de yeso lo que permite un ligero endurecimiento. Una vez que el molde absorbe la mayor parte del agua de la capa de arcilla que queda en contacto con el molde, la arcilla remanente es volcada fuera del molde y se deja secar la pieza. Finalmente la pieza es sacada del molde, se le corrigen las imperfecciones que pueda tener y se la deja secar al aire libre. Según el tipo de obra a reproducir se puede hacer con un molde de una sola pieza, cuando el modelo es más complicado los moldes se hacen de piezas que se pueden ir quitando independientemente y sin romperlas para su posterior utilización, hay que hacer un entalle a las piezas del molde para que una vez retirado el modelo se puedan ensamblar.
Fases de elaboración:
Todas las piezas cerámicas pasan por varias fases durante su elaboración: preparación del barro, modelado, secado, primera cocción u horneado (alfarería tradicional) y cocciones de aplicación de técnicas cerámicas.
*Preparación
Primero, la arcilla es amasada para que la humedad y demás partículas se distribuyan homogéneamente y para sacar cualquier burbuja de aire que tenga en su interior (lo que puede provocar explosiones durante el horneado o quema).
*Composición o modelado
Luego es modelada manualmente o mediante diversas herramientas. El agua es utilizada para mantener la plasticidad de la arcilla durante el modelado, sin que aparezcan rajaduras. Los trabajos realizados en torno generalmente necesitan ser desbastados o retorneados para hacer que el espesor de la pared sea uniforme en toda la pieza o para modelar el pie de la pieza. Este proceso es llevado a cabo cuando la pieza se ha secado lo suficiente como para resistir este tipo de manipulación.
*Secado y pulido
La pieza se deja al aire hasta que se seca y endurece lo suficiente. Esta fase es denominada «estado de cuero». Las piezas que se encuentran así son muy quebradizas, por lo que deben ser manipuladas cuidadosamente. Una vez que la pieza se termina, se deja secar nuevamente para que pierda el resto de la humedad que aún contiene, quedando con un aspecto similar al hueso. Cuando la pieza está totalmente seca, su color es más claro, y adquiere mayor dureza. En este momento es cuando se le suele pasar una lija fina y una esponja húmeda con el fin de pulirla.
*Horneados
Luego es llevada al horno, en donde pierde la humedad química y adquiere una mayor resistencia y sonoridad. Puede ser que con esta cocción la pieza ya se dé por acabada, como es el caso de la alfarería, o que aún requiera de horneados posteriores, como sucede en la cerámica.
Pueden requerirse varias sesiones de horno para lograr efectos decorativos especiales, como por ejemplo para obtener la llamada decoración negativa, utilizada en varias culturas ancestrales, como la Vicús. El efecto de decoración negativa se logra al cubrir con arcilla algunas partes de la vasija en la fase final de su cocción, de este modo, las partes cubiertas conservan su color original, mientras que las partes descubiertas se se tornan oscuras o negras mediante la reducción.