Para ver la pinta definitiva me lo puse, aunque no era una prenda hay que ponérselo, y fui al espejo con él. Volví del espejo toda decepcionada, estaba hecho, pero no era bonito.
Metí todo en una caja y ahora descansa en el trastero.
Me ha parecido la decisión más acertada, no volveré a intentarlo, estaba consumiendo todas mis energías. Ahora, para volver a cogerle el gusto a tejer, que creo que lo estaba perdiendo, tejeré algo conocido y que quede bonito. De momento no estoy para sorpresas.
Entenderéis que no haya foto.