El caso, ladies and gentlemen, es que he descubierto que las oreo de menta existen. Ha sido un descubrimiento completamente fortuito. Ahora que tú lo sabes, si eres fan del chocolate con menta, los after eight, el helado de menta y en general, esa combinación infernal, no vas a poder evitar buscarla en los estantes del supermercado. Lo sé, lo vas a buscar y probablemente te acuerdes de mi (y si estás haciendo dieta, de mi madre).
Hace un par de meses Laura se puso en contacto conmigo. Sus dos peques cumplían años y quería hacerles unas sesiones de fotos chulas, chulas. Tenían sus coronas, con su nombre y edad y al descubrir los cupcakes de ganchillo, le parecieron el complemento ideal para la sesión fotográfica. ¡Me encanta cuando los usáis para momentos de celebración! Estoy segura de que los cupcakes, que son mis mimados, se van de mil amores a sacar sonrisas por el mundo.
Encontramos uno que no podía ir mejor para la sesión de la niña, pero todos los que le quedaban bien a la corona del niño, habían encontrado ya casa. No suelo tejerlos por encargo, cada uno es único, pero no me pude resistir a hacerle uno sólo para él.
Tenía que ser de Oreo ¡no podía quedarle mejor la combinación blanca y negra! Y añadir un toque de menta era una idea tan divertida y fresca, una combinación de colores tan apetecible ¡que no me pude resistir! Así que, como no, puse por pura curiosidad el delicioso tándem en google. Efectivamente: la Oreo de menta existe.
Una vez comprobado que los ingredientes combinan a la perfección, sólo hubo que tejerlos con cariño. Aunque dejé la oreo en su versión clásica, porque hacerla de menta ya me parecía exagerado.
Laura quedó encantada y este cupcake ya endulzó el cumpleaños de su pequeño.
* PD: Por suerte para mis posaderas, considero que la menta debe restringirse a los mojitos.
¿Tú eres de mezclar chocolate y menta o los prefieres por separado?
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