Hoy, después de varias preguntas y conversaciones al respecto, os voy a hablar de cómo tengo yo ordenado mi material de costura.
Es verdad que es un orden desordenado, porque hay cosas que se van mezclando y uniendo y separando, a medida que uno va cosiendo y cosiendo, pero yo creo que hay que seguir al menos unas pautas para encontrar lo que necesitamos sin problemas.
Empezamos:
Tener al menos un armario, cajonera o mesa donde guardar hilos, telas y material de mercería.
Vamos a ser sinceros, tenor los hilos y los materiales expuestos es precioso de ver y muy práctico para saber, a simple vista, qué tenemos y qué no, pero hay que cuidar mucho el material del polvo, la luz y demás elementos ambientes, ya que deterioran sobremanera todos nuestros tesoros.
Separar los hilos en cajas por colores y por tipos.
Si bien es verdad que tengo el hilo blanco, el negro y el rojo siempre a mano, luego tengo todos los demás bien separados e identificados. Tener ordenados los hilos normales de coser, los de torzal, los de seda, los de bordar, etc., facilita mucho la tarea a la hora de saber qué tenemos para coser una labor. Porque, además, usar el hilo que corresponde a cada cosa y a cada tela es muy importante.
Guardar los patrones en una caja, separados e identificados individualmente.
Y eso ¿cómo se hace? Pues yo tengo una caja de cartón especial para ellos y los tengo metidos en bolsas e identificados por un torcito de tela de la que he usado para hacer el modelo. Si lo hago varias veces meto un trocito de tela de cada vez en la misma bolsa, y si hago modificaciones, guardo la segunda versión como patrón aparte.
Tambien tengo una carpeta y un cuaderno con diseños y modelos preferidos, de esos que te dan ganas de estar haciendo una y otra vez, y un espacio en un estante para los patrones individuales que he compado en papel.
Tener siempre a mano un costurero (o dos) con lo que más utilizamos.
Hay cosas que sabemos que vamos a necesitar, en algún momento, cada vez que cosemos: agujas, jaboncillos, hilos de hilvanar, libretas de medidas, pies de máquina, gira esquinas, etc. y es importante tenerlas a mano cada vez.
Yo por eso tengo siempre al lado de la máquina dos costureros: uno para la máquina, con todo lo que mi máquina necesita, y otro con lo que yo necesito para preparar la prenda antes de pasarla a la máquina o después, para rematarla y dejarla bien pulidita.
Ordenar las revistas de patrones.
Y no digo por fechas o cosas asi, sino por el orden que a nosotros mejor nos sirva para saber qué tenemos y de dónde podemos sacar los modelos que nos gustan.
Yo las tengo separadas por varios criterios: por un lado están las que me encantan y uso y reuso a cada rato, por otro las que me gustan y he sacado algún modelo, luego tengo unas de las que nunca he sacado modelos para mí, pero siempre hay alguien a quien puede servir, luego están las antiguas de mi madre, las de moda infantil y las de otras labores como punto, ganchillo y bordado.
Lugar aparte merecen los libros de patrones y moda, los de patronaje y labores, y los patrones sueltos, de los que ya hemos hablado.
Tener los botones en botes de cristal separados por colores y/o materiales.
Esto es básico para mí, porque tengo miles de botones diferentes y si no encuentro los que necesito me voy enseguida a comprar botones nuevos, que encima nunca compro justo los que necesito, siempre compro tres o cuatro más por si se pierden.
Conclusión, acabo teniendo la casa llena de botones.
Por eso, dedico un cajón entero a guardar mis botes por colores. Además, es muy bonito de ver.
Dedicar un apartado al material de patronaje
Con esto me refiero a las reglas, los lápices y el papel, sin los cuales hacer nuestros propios patrones sería imposible. Los podemos colgar, guardar en botes o poner el rollo de papel detrás de la puerta.
De todos lo que más hay que cuidar son las reglas, para que estén lo menos melladas posibles y sean precisas, y hay que disponer, al menos, de una regla larga, una escuadra y una regla curva (o varias).
Por cierto, yo tengo lápices de varios colores, porque así me reselta más fácil identificar las partes cuando dibujo un patrón.
Tener el material de mercería ordenado en cajas individuales.
Como material de mercería vamos a entender: automáticos, cremalleras, cintas, bieses, vivos, apliques, corchetes, snaps, agujas, elásticos, entretelas, etc.
La verdad es que yo no sé vosotros, pero es que yo compro siempre un par de metros de más de todo, o una caja de más, o dos o tres, vamos. Por eso tengo que tener todos bien guardados e identificados; lo cual es muy útil para tener en la cabeza qué tenemos y preocuparnos sólo de crear.
Hay cosas que nunca guardo, a no ser que no vaya a coser en una temporada
Pues sí, hay cosas que sé que necesito sí o sí, y me pongo muy nerviosa si tengo alguna prenda en la mano o no encuentro a mi vera que son: las tijeras, grandes de sastre, medianas y pequeñas para cortar hilos; los alfileres, de dos tipos con cabeza de colores y finos de costurera, descosedor y conta de medir. Estos siempre están fuera, alrededor de la mesa donde estoy cosiendo.
Ah, y los alfileres siempre en pequeñas cajitas metálicas de caramelos o de crema.
No puedo acabar sin rendir un homenaje a mis dos herramientas de trabajo, mi máquina de coser, que siempre tengo abierta y lista, y a la que cuido menos de lo que se merece para lo bien que se porta conmigo, y mi plancha, casi siempre dispuesta en la tabla, ya que es clave en cada uno de los pasos de la costura, desde el primer doblez, pasando por la primera costura y el planchado final. os confieso que yo no plancho apenas la ropa, pero no se coser sin plancha.
Y hasta aquí llegamos hoy, espero que os resulte útil este post y me encantaría que me contarias vosotros cómo ordenáis vuestro material.
Aquí me tenéis, esperando vuestros comentarios.
Cuidaos mucho ¡hasta pronto!
Tagged: botones, hilos, mercería, orden en la costura