Existen en nuestra vida cotidiana un sinfín de objetos que con ingenio podemos transformar en originales piezas para el árbol de Navidad. Un ejemplo claro son las llaves. En cualquier ferretería podemos encontrar llaves de distintos modelos, tamaños, colores y materiales. Si de cada una de ellas colgamos algún lazo que sirva para sujetarlas al árbol, crearemos un interesante conjunto decorativo. Así podemos combinar llaves de distintas formas con lazos de distintos colores, de cuadritos de vichy, estampados, con flores, etc.
Por otro lado, los rastrillos nos ofrecen un amplio abanico de llaves. Para su sujeción, emplearemos lazos anchos de tul con los bordes de raso. Usaremos tonos granates, rojos o marrones si queremos dar un aire sobrio al árbol. Si por el contrario nos gusta mezclar estilos, los colores chillones como naranjas, fucsias, amarillos o verdes pistacho son una perfecta elección para anudar a las llaves antiguas.
Lazos reciclados
Cuando acabe la temporada navideña no conviene deshacerse de los lazos que hemos utilizado para ligar las llaves al árbol. El próximo año podremos hacer uso de ellos con un sencillo proceso de reciclaje. Después de lavarlos y plancharlos cuidadosamente haremos una lazada y, una vez que les hemos dado esta forma, aplicaremos con un pincel una capa de endurecedor, un producto líquido que encontraremos en cualquier tienda de manualidades. Con un cordón muy fino, colgaremos estos lazos endurecidos del árbol a modo de adorno.Igualmente nos valdremos de restos de telas de colores que tengamos por casa. Muchas prendas que ya no usamos pueden convertirse en estupendos lazos endurecidos. En el caso de que prefiramos personalizarlos, usaremos telas blancas de sábana a las que aplicaremos pinturas para tela. Una vez decoradas con espirales, círculos, cuadritos y todo aquello que seamos capaces de sacar de nuestro pincel, aplicaremos el endurecedor siguiendo el mismo proceso que hicimos con los lazos. En caso de que no nos guste la idea de la pintura, una buena alternativa es coser pequeñas cuentas de colores o lentejuelas.
Cajitas y moldes de galletas
Muchas de las cosas que compramos vienen empaquetadas en envases cuadrados. Recipientes como cajas de cerillas, de aspirinas o incluso cajetillas de tabaco resultarán originales adornos navideños. Lo único que nos hace falta es papel de colores del que utilizamos para envolver regalos. De este modo, envolveremos cuidadosamente las cajitas y añadiremos a cada una estrechos lazos que las rodeen o moñas que ya venden hechas en papelerías. Una vez acabadas, usaremos hilos de nylon para sujetarlas más tarde a las ramas del árbol navideño.Otra de las herramientas imprescindibles en el momento de decorar el árbol son los moldes de galletas. Con ellos y con materiales como plastelina, barro o masilla podemos fabricar cuantos adornos se nos antoje. Aunque las formas más habituales de estos moldes son estrellas, corazones o monigotes, durante las fechas navideñas es fácil encontrar modelos de árboles navideños, figuritas de Papá Noel o estrellas de Belén.
Estiramos el material con el que hayamos decidido trabajar con un rodillo de cocina. Una vez extendida la masa usaremos los moldes para cortar las figuras que hayamos elegido. No hay que olvidar en el momento de fabricar estas piezas el agujero por el que pasaremos el cordón grueso con el que se cuelgan del árbol. Resultará más fácil hacerlo si en cada figura introducimos una pajita de las de beber y sacamos el trocito de masa que nos sobre.
Una vez acabadas las fiestas no hay que olvidarse de guardar adecuadamente las piezas elaboradas. Si pretendemos que lleguen al próximo año en perfecto estado, se recomienda guardar los objetos en cajas de cartón que los aíslen de la humedad y del polvo. Para que no se estropeen conviene, además, envolverlos en papel de seda porque las rozaduras pueden hacer que se deterioren y que las próximas Navidades no nos sirvan para decorar.