Solo como muestra os dejo esta fotografía que he encontrado en su web y espero no les moleste que utilice.
Como esta exposición estaba ubicada en pleno casco antiguo, de paso pudimos ver cosas llamativas por las callejuelas que recorrimos.
El reloj de sol daba la hora correcta.
Esta casa me parecía típica de un pueblo con playa
En el edificio Miramar estaban expuestas las obras de Ann Johston con el titulo "Contact: Quilts de Sierra Nevada", del concurso de la AEP (Asociación Española de Patchwork) con el titulo "Mediterráneo", las del concurso EQA con el titulo "Jardín de primavera", y las del concurso jóvenes talentos.
Tengo que deciros que en esta sala encontré trabajos que me rompieron algunos esquemas del patchwork que yo tenía. Introducían elementos que no sé me hubiera ocurrido en la vida. Y la prueba de ello son estas obras.
Estas dos imágenes son una ampliación del quilt anterior. ¿Habéis visto el tamaño de las puntadas mas grandes?
Repasando las fotografías me he dado cuenta que no llegue a visitar la exposición "Mediterráneo" porque estaba situada en otra planta. Que fallo.
Pero vamos a disfrutar de lo que si vi. Aquí están las obras de "Jóvenes talentos" y "El jardín de primavera".
Esto es un detalle de la obra anterior para que podáis apreciar mejor el trabajo de acolchado tan tan trabajado. Por la igualdad de las puntadas creo que el acolchado fue hecho a maquina.
Del grupo de arriba fijaros en estas ampliaciones. En los lirios parte del acolchado esta hecho con hilo metalizado de color oro.
En "Nocturno" también han utilizado hilos metalizados, una innovación para mi que solo se me había ocurrido acolchar con hilo de algodón.
Aqui no se aprecía bien pero las flores de la parte superior estan hechas con tela en relieve, de forma que sobresalen de la tela base.
Y en esta se utiliza el tul, ¿se os había ocurrido a vosotras que se podían conseguir estos efectos?
No todo en Sitges fue patchowork. El sábado el tiempo no era muy bueno, incluso llovía con intensidad en algunos momentos, pero el domingo el sol brillaba, eso si no molestaba la chaqueta.
Sitges tiene la luz y energía especial de las ciudades con playa, bullen con gente paseando, en bicicleta, padres con niños, jóvenes tumbados en la playa... están llenas de vida y esa energía es contagiosa.
Paseando encontramos dos collas que se turnaban para hacer un castell amenizados por la música de la dulzaina. Si en la televisión ya llaman la atención imaginaos verlo en persona. Es espectacular y toda una obra de ingeniería. No creáis que se ponen al montón y ya esta. Nada de eso, el encargado lleva un plano del lugar que debe ocupar cada persona y se distribuyen siguiendo ese plano. Por el tamaño mas o menos ya se ve quien va a ir arriba y quien va a ser la base.
Cuando empiezan a subir, si no lo tienen claro o se mueven, bajan y vuelven a empezar. Todos llevan una faja alrededor de la cintura que además de evitar lesiones al hacer esfuerzo ayuda de apoyo a las personas que tienen que subir y bajar. También los mas pequeños van equipados con casco. A la hora de bajar se ponía una persona en el centro de cada altura del castell y ayudaba en la bajada.
La primera en subir fue la colla con camiseta amarilla mientras que la roja les ofrecía apoyo en la base.
Después intercambiaron los papeles, subió la colla de camiseta roja y apoyo en la base la colla de camiseta amarilla.
Cuando habían bajado la mayoría de los miembros, quedaron 3 personas sobre la base y girando, solo de cintura, saludaron a ambos lados. No debe de ser nada fácil hacer ese movimiento manteniendo el equilibrio.
La verdad es que viéndolos se me ponía la carne de gallina y en un momento pensé que los castelles bien pueden ser la representación de la unión de los hombres para alcanzar el cielo, ¿que os parece?
Y hasta aquí mi crónica particular del Festival de Sitges, espero que hayáis disfrutado con ella.