A finales de verano me encontré en el super con una grata sorpresa, tenían unas ciruelas pequeñitas..., muy monas... y lo mejor de todo venían en una cajita super bonita, parecida a las de fresas pero cuadrada...¡una cucada! :) así que busqué entre todas, la caja que estuviera mejor hecha y con las ciruelas menos pochas...y me la llevé a casa tan contenta.
Al principio no sabía qué hacer con ella, sólo sabía que la iba a pintar. Empecé lijando y dando una capa de imprimación blanca.
Luego le di otra mano de azul aguamarina...una o dos manos (ya no lo recuerdo) de amarillo y por último le di con un pincel casi seco con pintura blanca. Después pasé la lija como si no hubiera un mañana para sacar todos los colores en algunos bordes como se ve en algunas de las fotos y le di una capa de cera incolora para protegerla.
Y al final decidí que era tan mona que tenía que tenerla cerquita y la puse sobre mi mesilla de noche,
junto con algunas cosas que ya habéis visto por aquí en el blog,
como el portavelas con tuberías, la jaula del pajarito donde reposa el cartelito de Buongiorno Principessa!,
mi despertador...todo ello custodiado por estos dos personajes que no son otra cosa que unos muñecos que compré en Egipto hace muchos años y creo que son el único souvenir que me traje de allí que merecía la pena..., aquí entre nosotras, cuando llegué del viaje y saqué de la maleta todo lo que había comprado..., me entró la risa, así tal cual, de la cantidad de porquerías que había comprado..., desde entonces soy un poco más selectiva con lo que compro en los viajes ;P
Y vosotr@s, ¿también sucumbís ante los envases del super? yo creo que son una mina... ^_^