En este caso, me lo dijeron el mismo día, así que embarqué en la faena a unos cuantos y entre todos organizamos ésta tarjeta.
Como no tenía material, utilizamos lo que había en el trabajo: una cartulina que entinté con una bolsa de té y luego chamuscamos; una impresión que buscó una compañera (la pareja de ratoncitos), la tela de saco que se me ocurrió por su trabajo muy de campo y la buena voluntad de todos los que me echaron una mano en que saliera algo simpático y decente a la vez.
Ambos novios son paleontólogos, así que les venía que ni anillo al dedo, nunca mejor dicho, lo que salió de las ideas de unos y otros.