Y confieso con mucho agrado que es algo más que un pasatiempo. Quizá sea un poco exagerado, pero se ha convertido en una foma de vivir. Sin dejar de lado, por supuesto, todo el resto de cosas que hacen agradable mi vida. Estoy muy contenta de haberlo descubierto, y de compartirlo con todas vosotras.
Hoy os quiero enseñar la tarjeta que le hice a mi sobina-nieta, hija de mi sobrino y ahijado. Se llama Sofía, y cumplió un año el pasado 19 de marzo, día del padre. Y es una niña que llegó a la familia en un momento muy especial, ya que hacía sólo nueve días que su aitite nos había dejado. Así que la pena iba por un lado, pero la alegría llegó por otro.
En realidad, la tarjeta era para sus aitas, ya que ella es muy pequeña para disfrutarla.
La base de la tarjeta la hice con cartulina Bassic color amarillo, que casaba muy bien con los papeles infantiles de K&Company que usé para adornarla. Éstos los troquelé con una troqueladora de Martha Stewart que últimamente estoy viendo en cantidad de trabajos por la red.
Puse un troquel de scallop ovalado, en el que imprimí el sello de Felicidades, y lo embosé con polvos color cobre. Luego hice una flor de papel con varios troqueles de scallop redondos, a los que fuí haciendo incisiones para semejar los pétalos. Entinté con Distress Tea Dye, y le puse en el centro una perla en tono verde muy claro, y un poco de brillo alrededor. Un lazo rosa, por supuesto, y un alfiler con más perlitas. Es que me gustan muchísimo...
Y en el interior, puse una blonda hecha con papel lila, troquelado con dos troqueladoras de Martha Stewart, una de esquinas y otra de bordes. Y para rematar, imprimí esta imagen de un bebé durmiendo apaciblemente sobre un osito, que también duerme. Tierna, ¿verdad?
Bueno, pues aquí está mi trabajo para que lo disfutéis, y si a alguien le sirve de inspiración, me alegrará mucho.
Sólo quiero deciros antes de despedirme GRACIAS por todos los mensajes tan cariñosos que me dejáis siempre. Me alegran el día.
Un beso enorme, y hasta la próxima.