Trabajar desde casa puede resultar una tarea complicada. Las cuestiones domésticas parecen formar parte del propio trabajo, provocando que este último no avance al ritmo que debiera. Para evitar que la parte personal invada la vida laboral, es fundamental una buena planificación.
Hace unas semanas, os hablaba de la importancia del espacio, esa parte de la casa donde poder trabajar sin interrupciones. Hoy nos centramos en la organización del tiempo, algo esencial si queremos disponer de horas efectivas de trabajo. Para ello he elaborado 5 tips que te ayudarán a mantener un buen ritmo en todas las esferas de tu vida.
1. Tú proyecto es tu trabajo: cuando decides emprender y trasladar la oficina a casa, la disponibilidad del tiempo a tu antojo, puede desviarte de tu objetivo: sacarlo adelante. Dúchate, arréglate y toma un buen desayuno. Estos tres gestos te harán tomar conciencia del cambio de tiempos: de casa al trabajo. Aunque no vayas a salir, te sentirás mejor contigo misma y más animada si te ves bien. Y eso se traduce en una jornada más productiva.
2. Establece prioridades: define qué actividades laborales y personales tienes que hacer y cuáles no. Si cuando trabajabas por cuenta ajena, las tareas de la casa las hacía otra persona, por qué vas a hacerlas tú ahora? Estar en casa todo el día, no implica que empieces a asumir todo el peso de la familia. Todo lo contrario, ahora más que nunca necesitas todo el apoyo, interno o externo, para que puedas dedicarte a tu proyecto con la intensidad que merece.
3. Márcate un horario: una vez que hayas definido tus tareas, establece un horario para cada cosa. 30 minutos para hacer una recogida general a la casa, antes de sentarte a trabajar, puede ser suficiente. Las comidas, la compra, una limpieza a fondo... Si antes no lo hacías en horario laboral, ahora tampoco. Establece tu jornada, 5 horas por la mañana y dos por la noche, 4 horas por la mañana y 4 por la tarde... Según tus necesidades, marca un tiempo de trabajo y no lo interrumpas. Eso sí, deja una mañana más liberada para cubrir imprevistos sin que suponga un drama.
4. Deja tiempo para ti: no me cansaré de repetirlo en este blog. Nada de lo que te propongas será plenamente satisfactorio, si no estableces momentos de descanso. La jornada de trabajo tiene que tener hora de apertura y hora de cierre. Deja siempre espacio para salir a tomar algo, ir al parque con tus hijos o tener una cena romántica, aunque sea en el salón de tu casa! Es genial poder realizarse profesionalmente, haciendo algo que te apasiona. Realízate también personalmente, disfrutando sola y en familia. Ellos te lo agradecerán y tú cuerpo y tu mente también.
5. Celebra los pequeños logros: tan importante es todo lo anterior como celebrar los éxitos. Tanto trabajo y esfuerzo, merece una recompensa, y al ser tu propia jefa, esto también depende de ti. Hazte una lista de deseos, caprichos o premios que te otorgarás a cada paso superado. Esto te ayudará a mantener la motivación y centrarte en tus objetivos. Si el reto alcanzado es muy grande, quizá puedas organizar una fiesta con amigos en tu honor ;)
Y por supuesto, disfruta con lo que haces, no pienses solo en tachar cosas de tu lista de tareas. Disfruta los procesos, la emoción de cada reto. No sabemos hasta dónde vamos a llegar, pero el camino tiene que haber merecido la pena. No te parece?
Qué dificultades te has encontrado a la hora de emprender y como las has resuelto? Puedes dejarme un comentario, me encantará leerlo!!
Un abrazo!!
Fotos: Sara González Carrasco