¡Muy buenas! Ya estoy aquí de nuevo con mis "tontunas", esta vez se trata de una que vi hace tiempo en un programa de televisión..., ¿o fue en un blog? la verdad es que no lo tengo muy claro, pero lo cierto es que se me quedó grabado en el fondo de la memoria y como estoy en proceso de aprender a hacer punto, pues de repente lo recordé. ¿De qué se trata? pues de algo tan "tonto" como es usar una lata de esas que vienen con tapa de plástico, para meter el ovillo de lana que estemos usando para que no se roce ni se manche con nada y además así no se enreda.
Yo he usado una lata de leche en polvo que rescaté de casa de mis padres de cuando mis sobris eran más pequeños y que llevaba guardada en el trastero ni sé el cerro de años...
Le dí una mano de imprimación para luego pegar una servilleta (es de Tiger) alrededor y que no se transparentasen las letras de la lata. Una vez seca le di una capa de barniz mate para protegerla.
Como veis el borde no me quedó muy perfecto..., pero lo solucioné pegando con la pistola de pegamento una cinta que tenía por casa y que tenía el color perfecto.
Ahora toca agujerear la tapa de plástico, primero usé una aguja de lana y luego agrandé el agujero con una de punto. Cuando el agujero es lo bastante grande como para que pase la lana, recortamos con cuidado con un cúter, o un bisturí en mi caso, las rebabas de plástico que quedan por dentro de la tapa, de esta forma la lana correrá mejor.
Y como resulta que la dichosa tapa tenía unas letras indicando la marca que no me gustaban nada, me inventé un adorno para disimularlas un poco. Recorté con la troqueladora de círculo, un par de círculos de papel adhesivo blanco y los pegué sobre las letras.
Como quedaba un poco soso, al final recorté un círculo de washi tape verde para darle color. Para ello, lo que hice fue pegar washi sobre papel de horno, trazar un círculo ayudándome de una tapa y recortar con cuidado. Pegué poco a poco este círculo verde sobre los blancos y volví a abrir el agujero de la tapa.
Sólo hay que meter el ovillo de lana dentro de la lata, pasar el extremo de la lana por el agujero de la tapa y cerrar.
Y ahora lo que hace falta es que me entren ganas de terminar el chaleco que empecé antes del verano... y que a este paso voy a terminar cuando haga calor de nuevo ;P (parece la obra del Escorial..., tenía que haber escogido otra labor más pequeña, pero es que después de hacer este cojín no se me ocurría otra cosa que hacer...)
PD: No me podía despedir hoy sin dar las gracias a las organizadoras del Reto Diogenero, porque ¡HE GANADO! Ole, Ole y Ole!! ;D jajaja! MUCHAS GRACIAS, de verdad, estoy muy contenta porque es la primera vez que gano un reto... y lo mejor como soy tan despistada no me he dado cuenta hasta hoy...jajaaja!, si queréis verlo, lo podéis hacer pinchando aquí